textos políticos

2008

Mensaje de Galdós [1908]

El levantamiento espiritual de España, precursor sin duda de una resurrección activa de la Democracia, se ha manifestado ya en diferen­tes ciudades, villas y territorios de nuestra Península. Faltaba que las voces tribunicias, que han despertado los corazones dormidos, resona­ran aquí, en este pórtico de la casa hispana por donde salimos a respi­rar la civilización europea, por donde esa misma civilización, oleada vivificante, penetra en los pulmones de la vida nacional.

Carta de Galdós [1908]

Siento alegría indecible al verme de nuevo en esta ciudad incom­parable, gala de España y del mundo; ciudad que con los esplendores de su belleza y su cultura trae a mi espíritu la evocación de amistades inolvidables y de los afectos más puros de mi vida literaria. Siento además orgullo y emoción al verme frente al pueblo de Barcelona, vi­goroso y consciente cual ninguno, por su percepción clara del dere­cho, por la entereza grave con que se apresta a cumplirlo y a pedir su cumplimiento a los Poderes públicos.

Carta de Galdós [1908]

Mi querido amigo: Ni por ocupaciones ni por enfermedades dejo yo de acudir, en las presentes circunstancias, al llamamiento de usted y de nuestros ilustres compañeros. No quiero ser el último que forme en el séquito de la España Liberal, que ahora, tras larga y sombría somnolencia, se nos presenta de nuevo en su ser majestuoso, avanzan­do a cortar el paso a las demasías del despotismo.

La esfinge del centenario [1908]

Centenario de 1808, conmemoración de un cruento sacrificio, del alzamiento iracundo del pueblo español contra los usurpadores del ser y del suelo de esta raza, ¿qué sois, qué significáis, qué ejemplaridad o enseñanza nos traéis? Fiestas de Mayo, de Junio y Julio, de diferentes fechas y lugares históricos, ¿qué grado de calor, de cívica efusión pon­dréis en vuestras alegres o pomposas manifestaciones?

Carta del Sr. Pérez Galdós [1908]

Mi querido amigo y compañero: Mi mala salud me priva de asis­tir al mitin de hoy. Pero me consideraré presente si usted se digna ex­presar mi conformidad con la generosa idea que ha promovido esa reunión, mi conformidad también con cuantos en ella sostengan, di­vulguen, y acaloren la protesta del país contra el proyecto de ley de Administración local.

Centenario del Dos de Mayo. Al pueblo de Madrid [1908]

Al celebrarse el primer Centenario de la guerra de independencia, no puede olvidar Madrid que fue iniciadora del temerario alzamiento contra la invasión extranjera. No debe olvidarlo, porque Madrid es ca­pital europea, ligada con vínculos espirituales y de interés a las esplén­didas metrópolis de naciones próximas, y si de alguna recibió y recibe enseñanzas del orden artístico, político y suntuario, también aprendió de ellas a conservar vivo el recuerdo de las glorias patrias, y a conme­morarlo fervorosa y dignamente.

El 1 de mayo [1907]

Las cuestiones sociales nos cercan, nos invaden y a medida que avanzan van arrojando de nuestro conocimiento y de nuestra concien­cia las cuestiones políticas. Estas invirtieron, en el siglo pasado, los términos de la reivindicación humana, anticipando los derechos y li­bertades del individuo a la totalidad de los medios fáciles de vida y al bienestar físico de los hombres.

Palabras de Galdós. A los republicanos [1907]

Nunca creí que el despertar del pueblo español fuese tan rápido: nunca pensé que las esperanzas de encontrar en el cuerpo nacional el calor de la vida tuvieran realidad tan pronto. Los que allá, en el pára­mo de la oligarquía, miden la extensión del aplanamiento de España por el escepticismo y la tristeza del rebaño monárquico, podrán decir ahora con sorpresa y alegría: El pueblo español vive, o despierta, o re­sucita

2009

[Carta al director] Galdós republicano, de Benito Pérez Galdós [1907]

Mi querido amigo: Teniendo que ausentarme de Madrid, espero de su buena amistad que me preste su voz y su corazón para expresar a los republicanos de ese distrito lo que mi voz y el corazón mío no pueden hoy manifestarles. Lo primero es que de mi amor entrañable al pueblo de Madrid dan testimonio treinta y cinco años de trato espiritual con este noble vecindario. No necesito decir cuánto me enorgullece ostentar un lazo de parentesco ideal con el estado llano matritense, en quien, desde principios del pasado siglo, se vincularon el sentimiento liberal y la función directiva