Con los ejércitos alemanes a 30 km de París, el teniente Watteau se subió a su aeroplano Bleriot para hacer un vuelo de reconocimiento.
Le bastaron un par de pasadas para ver algo que estaba a punto de cambiar el curso de la historia.
Su últimas palabras, según cuenta la leyenda, fueron: “Que el ala derecha se mantenga firme”.
Era el general von Schlieffen.
Fue bautizado Plan Schlieffen en su honor.
En el concepto de Schlieffen, todo dependía del ala derecha (flechas moradas), que debía aplastar cualquier oposición y seguir avanzando sin perder impulso.
Por eso el viejo general se obsesionó con ella hasta su último suspiro.
El asesinato del archiduque Francisco Fernando en junio de 1914 activó una red de alianzas diplomáticas tan complejas que vamos a intentar resumir muy mucho.
Creyendo que los servicios de inteligencia serbios habían ayudado a organizar el asesinato de Francisco Fernando, Austria mandó un ultimátum a Serbia, en el que enumeraba diez exigencias intencionadamente inaceptables como excusa para iniciar las hostilidades. Serbia aceptó todas las exigencias menos dos, lo que los austríacos interpretaron como una negativa, así que declararon la guerra a Serbia el 28 de julio.
2 días más tarde, los rusos decretaron una movilización general en apoyo de Serbia, y los alemanes les exigieron al día siguiente «cesar todas las medidas bélicas contra Alemania y Austria-Hungría» en un plazo de 12 horas. Como los rusos no respondieron, Alemania declaró la guerra a Rusia.
Consciente de los planes alemanes de atacar a través de Bélgica, el Comandante en Jefe francés Joseph Joffre pidió permiso a su gobierno para cruzar la frontera y adelantarse a tal movimiento. Para evitar violar la neutralidad belga, se le dijo que cualquier avance sólo podría producirse después de una invasión alemana. El 2 de agosto, Alemania ocupó Luxemburgo e intercambió disparos con unidades francesas cuando patrullas alemanas entraron en territorio francés; el 3 de agosto, declararon la guerra a Francia.
Declaraciones de guerra:
Austria a Serbia
Alemania a Rusia
Alemania a Francia
Alemania a Bélgica
Reino Unido a Alemania
Y, en represalia, Gran Bretaña declaró la guerra a Alemania. La fiesta ya estaba completa.
Y entonces el teniente francés Watteau despegó para hacer su célebre vuelo de reconocimiento el 2 de septiembre de 1914 a bordo de un aeroplano Bleriot IX.
Le bastaron un par de pasadas para ver que los alemanes habían cambiado de plan y el ala derecha marchaba hacia el este en lugar de rodear París por el oeste.
No solo tuvieron que detener su avance, sino que se vieron obligados a retroceder 90 km hasta el río Aisne para reorganizarse.
Otros sostienen que el comandante alemán, Moltke el Joven, no supo adaptarlo a la realidad de 1914
Yo creo que fue una mezcla de las 2, pero me gusta echarle la culpa al teniente Watteau.