Esta es la isla de arena más grande del mundo, un espectacular paraíso semitropical sin carreteras ni coches donde crece una selva diferente a todas las demás.
¿Pero qué la hace tan especial? ¿Y cómo se formó una isla de este tamaño?👇👇
Bienvenidos a Fraser Island. Sus 123 kilómetros de longitud y 22 kilómetros en su punto más ancho, la convierten en la isla de arena de mayor tamaño en todo el planeta.
De hecho, su costa oriental la ocupa una playa ininterrumpida de 120 km de longitud.
Además de playas, la isla Fraser está cubierta por selvas tropicales, bosques de eucaliptos, manglares, dunas de arena y brezales costeros.
La isla apenas está habitada: unas 190 personas viven de forma permanente en ella. Casi todas trabajan en su industria turística.
La isla alberga un pequeño número de especies de mamíferos, así como una variada gama de aves, reptiles y anfibios, incluido el ocasional cocodrilo de agua salada.
En 1972 la UNESCO adoptó la Convención del Patrimonio Mundial para proteger lugares especiales para toda la humanidad. La isla Fraser fue incluida en la lista del Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1992, en reconocimiento a su valor natural y ecológico.
Pero esta isla situada frente a la costa oriental de Australia no solo es un paraíso para los turistas, también lo es para científicos de varias disciplinas.
Como la geología (complejas formaciones de dunas costeras que siguen evolucionando; un conjunto de lagos excepcional en cuanto a número, diversidad, edad y evidencia de etapas dinámicas y de desarrollo).
O biología (ejemplos sobresalientes de ecosistemas que se han desarrollado en respuesta a las condiciones marítimas y los suelos pobres de las formaciones de dunas costeras).
¿Recuerdas que al principio te dije que en la isla no hay coches ni carreteras? Bueno, en cierto sentido, no es cierto. Es posible explorarla con vehículos 4×4 que pueden alquilarse (los únicos autorizados, ya que no se quedan atascados en las dunas de arena).
De hecho, la playa de la costa oriental de la isla posiblemente sea la “carretera” más pintoresca y caprichosa de Australia. Con una longitud de 120 km, su (aero)navegabilidad depende de las mareas.
Y es que los aviones la usan para aterrizar, al ser la única zona de la isla apta para ello (siendo, por tanto, la única pista de aterrizaje del lugar).
La 1.ª regla aquí es ceder el paso siempre a los vehículos más grandes que el tuyo (incluyendo los aviones). El límite de velocidad en la autopista es de 80 km/h. En la isla hay 2 policías estacionados, que controlan el tráfico radar de velocidad o un alcoholímetro en mano.
Otra de las características únicas de la Isla Fraser es la diversidad de su vegetación y su capacidad para crecer en las dunas de arena, un suelo muy pobre en nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas.
Las plantas que crecen en las dunas solo pueden obtener sus nutrientes (aparte del nitrógeno) de dos fuentes: la lluvia y la arena. Normalmente, una vez absorbidos los pocos nutrientes disponibles, solo pueden sobrevivir los arbustos y las plantas más pequeñas.
Entonces, ¿qué hace que la arena de la isla Fraser sea tan única? ¿Cómo puede esta arena desnuda sostener las elevadas necesidades de nutrientes de esta ancestral selva tropical?
La respuesta son los hongos. Sí, los hongos y líquenes que crecen en la vegetación en descomposición del suelo del bosque son los héroes de esta historia. Al consumir las plantas en descomposición, los hongos devuelven al suelo los nutrientes y minerales que sustentan la vida.
Con el tiempo, los minerales se reconcentran en la arena y, a medida que se forman las sucesivas dunas, se desarrolla un nivel de nutrientes más profundo y la arena es capaz de sostener un bosque más complejo.
En una relación simbiótica, a su vez las plantas de la selva suministran a los hongos diversos compuestos orgánicos a los hongos que, al no tener clorofila, no pueden sintetizar por sí mismos.
Así, las selvas tropicales florecen sobre las dunas de arena a la mayor altura del mundo, más de 200 metros en algunos lugares. Las selvas subtropicales se encuentran en el centro de la isla, en los barrancos húmedos.
Estas comunidades tienen un espeso dosel de hojas que permite que una mínima cantidad de luz llegue al suelo del bosque. Esto hace que los árboles crezcan altos y rectos para alcanzar la luz del sol.
Pero esta isla no solo destaca por su flora única: en ella viven 353 especies de aves, frente a las 337 que pueden encontrarse, por ejemplo, en el Reino Unido.
Con un poco de suerte, es posible avistar delfines, mantarrayas, tortugas gigantes y ballenas jorobadas desde la costa. Los dingos también patrullan la isla, aunque no se dejan ver mucho.
Pero otras criaturas también pueblan sus costas. Se desaconseja que los turistas se bañen en sus aguas, debido a los tiburones y a las poderosas corrientes oceánicas que se forman alrededor de la isla.
Bueno, para serte sincero, esto no es del todo cierto. Se desaconseja que los visitantes se bañen en el océano, ya que otra características muy especial de K’gari son sus lagos. La isla alberga la mitad de los lagos de duna con agua dulce del planeta.
¿Lagos de duna? Son lagos son los que se forman cuando las depresiones que forman las dunas de arena se llenan permanentemente de agua de lluvia, que nunca llega a mezclarse con el agua salada ni con las aguas subterráneas (de haberlas).
Un ejemplo es el lago McKenzie, uno de los más conocidos y visitados de la Isla Fraser. Es conocido por sus aguas cristalinas y sus suaves arenas de sílice.
O el lago Wabby, un pequeño lago de agua dulce de color verde. A diferencia de la mayoría de los demás lagos de la Fraser Island, que son demasiado ácidos, el lago Wabby sirve de hábitat a varias especies de peces de agua dulce.
O el lago Boomanjin, conocido por su color marrón rojizo, que se debe a la materia orgánica disuelta de color, incluidos los taninos de los árboles de té que crecen en su cuenca.
¿Pero cómo se formó la isla de arena más grande del mundo y por qué lo hizo en la costa oriental de Australia? 👇👇
La isla Fraser se ha ido formando a lo largo de cientos de miles de años, a medida que los vientos, las olas y las corrientes oceánicas han ido transportando arena hacia la plataforma continental de Australia.
En su mayor parte, esta arena procede de extremo sureste de Australia (Nueva Gales del Sur), donde los ríos erosionan las grandes formaciones graníticas de la región y transportan los sedimentos hasta el mar.
Tras recorrer 800 kilómetros por la costa, la arena llega a Breaksea Spit, en el extremo norte de Fraser Island, donde cae en cascada por el talud continental hasta las profundidades del océano. Se estima que cada año la corriente transporta más de 500 000 metros cúbicos de arena.
El resultado es una cadena de islas de arena a lo largo de la costa de Queensland, de la que Fraser es la más grande.
Estos sedimentos han ido creando poco a poco dunas de arena que avanzan por toda la isla, aunque hoy en día solo se conservan las dunas en la gran playa de la costa oriental.
Las dunas protegen el interior de la isla del viento y las tormentas, actuando como barrera para la selva tropical y las formaciones rocosas del interior de la isla.
Fraser obviamente no es nombre original de la isla. Sus pobladores originales, el pueblo Butchulla, la llamaba K’gari, que, para sorpresa de nadie, significa “paraíso”. Los europeos no avistaron estas tierras hasta 1770.
El nombre «Fraser» surgió en 1836. La isla fue rebautizada en honor al capitán James Fraser, que naufragó en sus costas y falleció en la isla, según su esposa (presente en la isla) asesinado por los nativos y de muerte natural según otros testigos.
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Bibliografía.
Las imágenes proceden del sitio web de la agencia de turismo de Queensland.
https://www.fraserisland.net/
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