El 7 de junio de 1981, en plena tensión de la Guerra Fría y en un Oriente Medio sacudido por conflictos, ocho cazabombarderos israelíes surcaron el cielo iraquí a baja altura. Su objetivo era claro y, para muchos, impensable: destruir el reactor nuclear de Tammuz, también conocido como Osirak. La operación, bautizada como Operación Opera, duró apenas unos minutos, pero cambió el rumbo de la historia nuclear en la región.
Lo que pocos sabían en ese momento era que las consecuencias de aquel ataque no solo repercutirían en Irak e Israel, sino que, años después, influirían en uno de los peores desastres nucleares de la historia.
El programa nuclear iraquí bajo Saddam Hussein
En la década de 1970, Irak, bajo el liderazgo de Saddam Hussein, inició un ambicioso programa nuclear. Oficialmente, su propósito era pacífico: investigación científica y generación de energía. Sin embargo, en un contexto de rivalidades regionales y con la guerra Irán-Irak a las puertas, la comunidad internacional —y en particular Israel— sospechaba que había otro objetivo: desarrollar armas nucleares.
Para impulsar este plan, Irak firmó un acuerdo con Francia en 1976 para la construcción de un reactor nuclear de investigación tipo Osiris, modificado y rebautizado como Osirak por los franceses y como Tammuz por los iraquíes, en referencia al mes del calendario babilónico en el que el Partido Baaz llegó al poder.
Tammuz: ¿investigación o armas nucleares?
El reactor, ubicado en el complejo nuclear de Al Tuwaitha, cerca de Bagdad, se convirtió en una pieza central de la estrategia de Saddam. Oficialmente estaba diseñado para fines pacíficos, pero sus características —y la posibilidad de producir plutonio apto para armas— despertaron alarma en Israel.
En 1980, durante la guerra con Irán, aviones iraníes ya habían intentado, sin éxito, bombardear el complejo. Para Israel, un Irak nuclearizado suponía una amenaza existencial, especialmente en un momento en el que el país árabe mantenía un discurso beligerante hacia el Estado judío.
La decisión israelí: ataque preventivo
La inteligencia israelí obtuvo información que confirmaba que el reactor podría entrar en funcionamiento en pocos meses. Una vez operativo, cualquier ataque podría provocar una catástrofe radiactiva de grandes proporciones.
El gobierno de Menájem Beguin enfrentó un dilema: actuar antes de que el reactor estuviese cargado de combustible o aceptar el riesgo de un Irak con capacidad nuclear. Finalmente, Israel optó por un ataque preventivo, asumiendo las consecuencias diplomáticas que vendrían.
Operación Opera: ejecución y resultado
El plan fue meticuloso. El 7 de junio de 1981, ocho F-16 escoltados por seis F-15 despegaron desde bases israelíes, volaron a baja altura para evitar radares y cruzaron espacio aéreo saudí y jordano.
En menos de dos minutos de bombardeo efectivo, el reactor quedó destruido. El ataque causó la muerte de diez personas, entre ellas un ingeniero francés.
La reacción internacional fue de condena generalizada. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad una resolución que censuraba la acción israelí. Sin embargo, años después, algunos países reconocieron que la operación había evitado un potencial conflicto nuclear.
Curiosidad histórica: Ilan Ramon
Entre los pilotos que participaron en la Operación Opera se encontraba Ilan Ramon, el miembro más joven de la escuadrilla. Dos décadas después, Ramon se convertiría en el primer astronauta israelí, participando en la misión del transbordador espacial Columbia en 2003.
Trágicamente, el 1 de febrero de ese año, el Columbia se desintegró al reentrar en la atmósfera, y Ramon falleció junto a sus seis compañeros de tripulación.

El nexo oculto con Chernóbil
En un principio, lo que denominamos «la comunidad internacional» condenó el ataque, pero de puertas para dentro cundió cierto pánico entre los operadores de este tipo de instalaciones tras el ataque a Osirak: ¿tan fácil era destruir un reactor nuclear? La Unión Soviética no fue una excepción: desde su punto de vista, si Israel había destruido un reactor iraquí con tal facilidad (con armamento occidental), ¿podría ocurrir lo mismo con una instalación nuclear soviética, más teniendo en cuenta la belicosa actitud del nuevo presidente de EE.UU. (Reagan) comparado con su predecesor (Carter)?
Los altos mandos del programa nuclear ordenaron pruebas para evaluar cómo responderían los reactores RBMK —como el de Chernóbil— ante la pérdida repentina de electricidad para las bombas de agua de refrigeración. El objetivo era garantizar que, en caso de un sabotaje o un ataque aéreo, las turbinas pudieran seguir generando energía suficiente para mantener el sistema de refrigeración activo hasta que se activaran los generadores diésel de emergencia.
En la madrugada del 26 de abril de 1986, en el reactor número 4 de la central de Chernóbil, se llevó a cabo uno de estos ensayos. El procedimiento incluyó la desconexión de varios sistemas de seguridad para simular un corte eléctrico, lo que, combinado con errores humanos y fallos de diseño del reactor RBMK, provocó una reacción descontrolada. La potencia del reactor se multiplicó de forma explosiva, generando dos detonaciones que volaron la tapa de 1.200 toneladas del núcleo y expulsaron enormes cantidades de material radiactivo a la atmósfera.
El desastre liberó 400 veces más radiación que la bomba de Hiroshima, contaminando amplias zonas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia, y extendiendo nubes radiactivas por toda Europa. Más de 300.000 personas fueron evacuadas y la zona sigue siendo inhabitable décadas después.
Así, de forma indirecta, el eco de la Operación Opera resonó incluso en la tragedia de Chernóbil, un vínculo poco conocido que une dos episodios clave de la historia nuclear.
Preguntas frecuentes
Un reactor nuclear de investigación construido por Francia para Irak en la década de 1970, oficialmente con fines pacíficos, pero con capacidad potencial para producir plutonio apto para armas.
Porque consideraba que un Irak con capacidad nuclear suponía una amenaza existencial y prefirió actuar antes de que el reactor estuviese operativo.
Una misión aérea israelí del 7 de junio de 1981 para destruir el reactor de Tammuz en Irak.
Piloto israelí que participó en la Operación Opera y que más tarde se convirtió en el primer astronauta de Israel. Falleció en el accidente del Columbia en 2003.
El miedo soviético a un ataque similar llevó a pruebas de seguridad en reactores que, en el caso de Chernóbil, desembocaron en un desastre.
Bibliografía y fuentes
- BBC News – Israel’s strike on Iraq’s Osirak reactor
- The Guardian – Osirak raid and its legacy
- Haaretz – Ilan Ramon and the bombing of Osirak
- United Nations Security Council Resolution 487 (1981)
- Medvedev, Zhores – The Legacy of Chernobyl