El color púrpura en las banderas (o su ausencia)

    Todos los países del mundo tienen una bandera con diferentes formas, diseños y colores. Pero hay un tono que brilla por su ausencia: el color púrpura.

    ¿Alguna vez te has preguntado por qué apenas hay banderas nacionales con este color?

    El color púrpura se ha asociado tradicionalmente con la realeza y el poder, especialmente con los emperadores romanos y/o bizantinos.

    Esto se debe al hecho de que el tinte púrpura era inmensamente costoso.

    Antes de la invención de los tintes sintéticos, la única forma de obtener tinte púrpura era una mucosidad o secreción de la glándula hipobranquial de un caracol de mar carnívoro, Bolinus brandaris, que la segrega para aturdir a sus víctimas o cuando se siente amenazado.

    Para producir un solo gramo del tinte más apreciado, la púrpura de Tiro, se necesitaban 9000 moluscos aproximadamente.

    Hacía falta un kilogramo de glándulas para proporcionar 60 gramos de tinte, y se precisaban 200 gramos para teñir un kilogramo de lana.

    Por un solo gramo de tinte se pagaban entre 10 y 20 gramos de oro.

    Así, las prendas teñidas con este color valían literalmente su peso en oro (o mucho más) y solo podían permitírselas los reyes y emperadores más poderosos y acaudalados.

    Eso sí, era un tinte magnífico: era muy resistente a la decoloración y se piensa que la intensidad del tinte púrpura aumentaba, en lugar de disminuir, con el paso del tiempo.

    Durante la edad media, el púrpura se siguió asociando al poder, pues solamente los monarcas y prelados de la Iglesia Católica podían pagarlo.

    Sin embargo, ni ellos podían permitirse usar el tinte en estandartes reales y pendones, antecesores de las primeras banderas.

    ¿Y mezclar colores más baratos para crear tonos púrpuras? Se intentó muchas veces tiñendo tejidos rojos con tintes azules pero los resultados nunca fueron buenos.

    El resultado era el granate, que pasó a ser el color de pendones y banderas de los reinos de León y Castilla.

    Así, ninguna de las monarquías europeas eligió el púrpura como color real y ninguna de sus banderas lo adoptó cuando las monarquías se convirtieron en naciones-estado que poco después dominaron gran parte del planeta en forma de imperios coloniales.

    ¿Pero y qué pasa con las banderas de las nuevas naciones que empezaron a surgir en el siglo XIX?

    Los primeros tintes sintéticos de color púrpura aparecieron hacia 1855, cuando la mayoría de las naciones americanas ya se habían independizado.

    El tinte púrpura seguía siendo prohibitivamente caro a principios del siglo XIX y no era una opción para las nuevas banderas.

    Además, el púrpura se asociaba con la monarquía, una institución de la que querían distanciarse.

    Por otro lado, la mayoría de los nuevos países surgidos en la 2.ª mitad del siglo XIX y el XX, cuando el tinte sintético ya estaba disponible, fueron repúblicas (muchas no católicas) y tampoco querían ligar su identidad nacional a un color asociado con la realeza y el papado.

    Seguro que lo has adivinado, pero la gran excepción a esta tónica general es la bandera de la Segunda República Española, de cuya proclamación el 14 de abril de 1931 se cumplen hoy 92 años.

    La inclusión del color morado pretendía reconocer al pueblo de Castilla como parte vital del nuevo estado, bajo el supuesto de que los otros colores, el rojo y el amarillo, representaban a los pueblos de la antigua Corona de Aragón y el Reino de Navarra.

    Asumieron erróneamente que la bandera del Reino de Castilla había sido morada.

    En realidad, la bandera de la Segunda República debería haber sido así, granate.

    Cuando la república dejó de existir de facto en 1939, desapareció la única bandera con una amplia zona de color púrpura y en la actualidad es un color que brilla por su ausencia en las banderas internacionales debido a su historia y asociación con la realeza y la Iglesia.

    Hoy solo 2 banderas nacionales tienen partes de color púrpura: la de Nicaragua (una minúscula porción del arcoíris) y la de Dominica (el plumaje del loro).

    Las dos fueron diseñadas en el siglo XX.

    Actualmente el morado aparece, sobre todo, en banderas de género y algunas banderas regionales que abundan particularmente en España y Japón como puedes ver en esta imagen.

    Si la bandera de tu ciudad/región es morada y no está en la lista, ponla aquí y armamos una colección.

    Como curiosidad, la púrpura de Tiro original se sigue vendiendo, pero sigue siendo absurdamente cara.

    A 3000 € el gramo en esta página:

    https://www.kremer-pigmente.com/en/shop/pigments/36010-tyrian-purple-genuine.html

    Igual te estás preguntando si los caracolitos de la púrpura imperial son los mismos que se comen con asiduidad en, entre otros lugares, Andalucía.

    Pues efectivamente, las cañaíllas son caracoles de esta especie. Seguro que a partir de ahora los verás con otros ojos.

    Ahora ya sabes por qué no hay casi banderas nacionales con el color morado y también cómo es posible que, en España, un color tradicionalmente asociado a reyes y cardenales sea utilizado con asiduidad por movimientos/partidos de izquierda.

    Las vueltas que da la vida…

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    https://www.youtube.com/watch?v=IFMRtGyuVCo
    https://5minutecrafts.site/learn-world/why-purple-flags-are-so-rare-2983/

    https://ed.ted.com/best_of_web/Zeu6QxKu

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