«El hombre controlador del universo», uno de los murales más emblemáticos de Diego Rivera, representa una poderosa síntesis de las tensiones políticas, sociales y culturales del siglo XX. Creado originalmente en 1933 como «Man at the Crossroads» para el Rockefeller Center en Nueva York, y destruido por su contenido políticamente controvertido, el mural fue recreado en 1934 en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México. Esta obra no solo destaca por su impactante simbolismo y narrativa visual, sino también por su relevancia histórica, al reflejar el enfrentamiento entre el capitalismo y el comunismo, el papel central de la clase trabajadora y la esperanza en el avance de la ciencia y la tecnología.
Vamos a ver los secretos que esconde «El hombre controlador del universo», una de las obras clave del siglo XX y todo un emblema del muralismo mexicano y del arte latinoamericano.
Simbolismo de «El hombre controlador del universo»
La humanidad, a través de los ojos de un obrero rubio que maneja una gran máquina, mira hacia un futuro mejor con incertidumbre pero con esperanza.
Domina la industria…
… controla (hasta cierto punto) la naturaleza y la agricultura, con una serie de plantas que crecen a su merced debajo de la gran máquina…
… y ha hecho tremendos progresos científicos.
De ellos dan fe las dos enormes lentes que representan dos de estos avances: el telescopio y el microscopio, proyectando dos haces de luz elípticos con los astros del cosmos y las células y bacterias respectivamente.
Estas lentes también sirven para subrayar la simetría vertical de la composición.
Además, la luz que emana de ellas parece conferir alas al operario de la máquina, dándole la apariencia de una libélula y atrayendo la atención del espectador hacia el centro del mural.
A la izquierda hay otros avances tecnológicos como una máquina de rayos X y, junto a ella, Darwin nos dedica un gesto de complicidad, convenientemente rodeado de animales, para simbolizar el impacto científico de la Teoría de la Evolución (y para criticar el darwinismo social).
Pero la humanidad se encuentra en una encrucijada ideológica qué determinará la forma y la trayectoria que seguirá el progreso, representada por los 2 grandes sistemas sociales y económicos del siglo XX: el comunismo y el capitalismo, a la derecha e izquierda respectivamente.
En el la parte superior del espacio dedicado a la sociedad capitalista vemos a unos soldados enfrentándose a las tempestades de acero de la I Guerra Mundial.
Debajo queda patente la pronunciada desigualdad entre las mujeres de case alta que beben despreocupadamente…
… y los obreros, que están siendo reprimidos por la policía neoyorkina durante una manifestación.
Más abajo, una audiencia parece asistir con gran interés a los prodigios astronómicos que ofrece la lente del telescopio.
Llama la atención la presencia de una gigantesca estatua de lo que parece ser una deidad greco-romana que ha sido cristianizada con un enorme rosario, simbolizando uno de los pilares ideológicos de la sociedad capitalista occidental.
En un marcado contraste (una representación idealizada del comunismo soviético), en lugar de soldados, encontramos a obreros y soldados marchando pacíficamente en un desfile revolucionario. Y en lugar de mujeres bebiendo, vemos a Lenin rodeado por sus seguidores.
No es la única figura histórica que figura en el mural: también se reconocen a primera vista a Trotsky (con una pancarta de la IV Internacional Socialista), Marx, Engels y a Bertram D. Wolfe, destacado líder comunista en EE. UU. y amigo de Diego Rivera.
La estatua del lado socialista, de índole imperalista (fíjate en las fasces con una esvástica que sostiene) ha sido decapitada y unos trabajadores usan la cabeza para contemplar sentados la revolución, en una clara metáfora de la destrucción del poder supremo por la revolución obrera.
Historia de «El hombre controlador del universo»
La historia de esta obra maestra se remonta a 1932, cuando la familia Rockefeller encargó al artista mexicano Diego Rivera un mural para el vestíbulo de edificio principal del Rockefeller Center en Nueva York.
La familia Rockefeller aceptó la sugerencia del artista para el tema de la obra: la encrucijada ideológica de la humanidad entre los 2 sistemas socioeconómicos que marcaron el siglo XX, el comunismo y el capitalismo, bajo el título “Man at the crossroads”.
Lo que ya no le gustó tanto a los Rockefellers fue la deliberada representación negativa del capitalismo (como una ideología belicista, representada por los soldados de la parte superior) y represiva (en la parte inferior, la policía reprime una manifestación obrera)…
… ni tampoco la positiva visión del comunismo que mostraba la parte derecha del mural: con una manifestación pacífica que destila unidad y hermanamiento.
Asimismo, en el lado comunista, la mujer tiene un papel activo y no se limita a beber y a jugar a las cartas.
La paciencia de los Rockefellers se agotó cuando Rivera incluyó una imagen de Lenin en la obra.
El artista había osado mostrar la primera revolución obrera triunfante en disputa con el capitalismo, en uno de los “templos” más icónicos de la sociedad burguesa estadounidense.
Exigieron su eliminación, Rivera se negó y Nelson Rockefeller ordenó la destrucción del mural, que ya estaba casi terminado.
Gracias a unas fotografías de la obra inacabada que tomó su asistente, Diego Rivera pintó una réplica, aunque a una escala mucho menor, en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, bajo un nuevo título: “El hombre controlador del universo”.
Allí puede admirarse hoy día.
Diego Rivera se vengó de aquella afrenta representando a John. D. Rockefeller Jr., patriarca de la familia y conocido abstemio, bebiendo y festejando frívolamente con un grupo de mujeres.
Encima de sus cabezas está la bacteria de la sífilis. ¿Casualidad? Yo no lo creo.
Tras la destrucción de la obra, los Rockefeller encargaron un nuevo mural al pintor catalán Josep María Sert, que representa el progreso americano mediante el trabajo físico e intelectual y que aún preside el vestíbulo del 30 Rockefeller Plaza.
El mural no solo es una de las obras más conocidas de Diego Rivera, sino que nos presenta un arte político capaz de ser expresión de su tiempo y voz del futuro, pues predice los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
Diego Rivera y «El hombre controlador del universo»
Diego Rivera y «El hombre controlador del universo»
Cuando Diego Rivera recibió el encargo de pintar un mural para el Rockefeller Center en Nueva York en 1933, lo vio como una oportunidad para fusionar su visión artística con un mensaje social poderoso. Sin embargo, lo que comenzó como un homenaje al progreso industrial de la humanidad rápidamente se convirtió en una controversia política y cultural que definiría su carrera y su legado.
La Transformación de «El Hombre en la Encrucijada»
El mural original, titulado «El hombre en la encrucijada», debía reflejar los avances científicos y tecnológicos de la época. Rivera diseñó una composición compleja en la que el ser humano, representado como un operador de maquinaria, está rodeado por dos posibles futuros: uno basado en la opresión y el capitalismo, y otro en la cooperación y el comunismo. Este enfoque dualista reflejaba el interés de Rivera por las tensiones sociales y políticas de la década de 1930.
Sin embargo, la inclusión de un retrato de Lenin en la obra original desató la ira de los Rockefeller. Aunque Rivera ofreció añadir una figura de Abraham Lincoln para equilibrar el mensaje, el conflicto era inevitable. En un acto drástico, el mural fue destruido antes de su finalización, convirtiéndose en un símbolo de la censura artística.
Un Renacimiento en el Palacio de Bellas Artes
Tras la demolición, Rivera decidió recrear el mural en México, donde tuvo total libertad artística. Retitulada «El hombre controlador del universo», esta versión, ubicada en el Palacio de Bellas Artes, no solo recuperó los elementos esenciales del diseño original, sino que los expandió. Rivera añadió referencias explícitas al imperialismo, la lucha de clases y la conexión entre la ciencia y la política.
Entre las figuras destacadas del mural se encuentran líderes revolucionarios, científicos como Charles Darwin y Alfred Nobel, y representaciones del avance tecnológico en la aviación y la biología. La centralidad del hombre como controlador de la maquinaria simboliza el poder colectivo de la humanidad para definir su destino.
Innovaciones Técnicas y Simbólicas
Además de su mensaje político, «El hombre controlador del universo» se distingue por su complejidad técnica y simbólica. Rivera experimentó con el fresco para crear una obra monumental que integrara elementos tridimensionales. Las referencias a la astronomía, la biología y la física subrayan el interés del artista por los avances científicos como una herramienta para el cambio social.
Rivera también utilizó colores vivos y composiciones dinámicas para guiar la mirada del espectador a través de las distintas narrativas del mural. Este enfoque lo convierte en una obra de arte no solo política, sino también visualmente impactante.
El Legado de «El hombre controlador del universo»
Hoy, «El hombre controlador del universo» es considerado una obra maestra del arte muralista y un testimonio del compromiso inquebrantable de Rivera con sus ideales. Representa no solo una respuesta a la censura sufrida en Estados Unidos, sino también una afirmación del poder del arte para desafiar las estructuras de poder y ofrecer una visión alternativa del mundo.
La obra continúa inspirando debates sobre el papel del artista en la sociedad, la relación entre arte y política, y la importancia de preservar la libertad de expresión. Como dijo Rivera:
«El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma.»
¿Por qué «El hombre controlador del universo» es tan importante en la historia del arte y la historia de México?
El mural «El hombre controlador del universo» de Diego Rivera es una obra clave tanto en la historia del arte como en la historia de México debido a su profundo simbolismo político, social y cultural, así como a su contexto de creación y recreación. Este mural, encargado originalmente para el Rockefeller Center en Nueva York en 1933 bajo el título «Man at the Crossroads», fue destruido por incluir imágenes consideradas políticamente controvertidas, como la figura de Lenin. Rivera, sin embargo, lo reprodujo en 1934 en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, dotándolo de nuevos significados en un contexto nacional.
Importancia para la historia del arte
El mural representa un momento crucial en la evolución del arte público y del movimiento muralista mexicano, que buscaba llevar el arte fuera de las galerías y acercarlo al pueblo. En el centro de la composición, un obrero controla una máquina, simbolizando el poder de la clase trabajadora en un mundo dividido por tensiones políticas e ideológicas. Rivera fusiona elementos del modernismo, el futurismo y el realismo social para transmitir su visión de un mundo donde la ciencia y la tecnología podrían ser herramientas de emancipación si estuvieran al servicio de la humanidad.
El uso de imágenes simbólicas, como Lenin liderando una manifestación y los contrastes entre la vida de las élites y la clase trabajadora, convierte al mural en un manifiesto visual sobre los conflictos del siglo XX, entre capitalismo y comunismo, ciencia y religión, opresión y lucha por la libertad. Rivera desafió los límites del arte de su tiempo al combinar crítica social con avances estilísticos, consolidando el muralismo como una forma de arte político internacional.
Importancia para la historia de México
En el contexto mexicano, «El hombre controlador del universo» es un testimonio de los ideales de la Revolución Mexicana (1910-1920), que promovía la justicia social, la redistribución de la tierra y los derechos de los trabajadores. Rivera, como parte del movimiento muralista junto con artistas como José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, utilizó su obra para narrar la historia y los retos de México, conectándolos con las luchas globales.
El mural, al ser recreado en el Palacio de Bellas Artes, se convirtió en un símbolo de la resistencia cultural y la reafirmación de los valores revolucionarios. Representa cómo México, aunque influido por tensiones internacionales, construía una identidad nacional basada en la dignificación de los trabajadores, la educación y la ciencia.
En resumen, «El hombre controlador del universo» es esencial por su capacidad para trascender fronteras, sintetizando temas globales desde una perspectiva mexicana y logrando que el arte sea una herramienta de reflexión y transformación social.
Preguntas frecuentes
Es importante porque representa la lucha entre ideologías políticas (capitalismo y comunismo), el poder de la clase trabajadora y el avance de la ciencia y la tecnología como herramientas de cambio social. También es un símbolo del muralismo mexicano y de la resistencia cultural.
El mural original, titulado «Man at the Crossroads», fue encargado para el Rockefeller Center en Nueva York en 1933. Fue destruido porque incluía la figura de Lenin y otros elementos considerados políticamente controvertidos por los patrocinadores.
El mural fue recreado en 1934 en el Palacio de Bellas Artes en Ciudad de México, donde permanece hasta hoy.
El hombre en el centro controla una máquina, simbolizando el dominio de la humanidad sobre la tecnología y su capacidad para decidir el rumbo de la civilización.
El lado izquierdo muestra la opresión capitalista, guerras y desigualdad, mientras que el lado derecho presenta la esperanza del comunismo, la lucha obrera y la solidaridad internacional.
La inclusión de Lenin liderando una manifestación simboliza la lucha comunista y la búsqueda de un mundo más equitativo, lo que resultó en la controversia y destrucción del mural original.
Reafirmó el compromiso del muralismo con el arte como herramienta de crítica social, además de consolidar a Rivera como una figura clave en la pintura política.
El mural muestra avances científicos como células humanas, telescopios y microorganismos, así como imágenes críticas de figuras religiosas y capitalistas, estableciendo un contraste entre progreso y opresión.
Refleja las tensiones del siglo XX: la Gran Depresión, la Revolución Rusa, los conflictos entre capitalismo y comunismo, y el auge de la tecnología industrial.
Rivera empleó el fresco, una técnica de pintura mural, junto con un estilo realista y narrativo que combina detalles minuciosos y simbolismo político.
Bibliografía sobre «El hombre controlador del universo» y Diego Rivera
Libros:
- Bertram D. Wolfe – Diego Rivera: His Life and Times
Un estudio exhaustivo sobre la vida y obra de Diego Rivera, incluyendo su enfoque en murales como El hombre controlador del universo. - Patrick Marnham – Dreaming with His Eyes Open: A Life of Diego Rivera
Este libro ofrece una perspectiva profunda sobre los temas recurrentes en el arte de Rivera, especialmente los de carácter político. - Luis Martín Lozano y Guadalupe Rivera Marín – Diego Rivera. Art and Revolution
Incluye análisis de varios murales, incluido El hombre controlador del universo, y detalla su relevancia histórica y artística. - Guadalupe Rivera Marín – Diego Rivera: The Red
Escrito por su hija, este libro proporciona un enfoque personal y político sobre la obra de Rivera, abordando también la controversia alrededor de sus murales. - Raquel Tibol – Diego Rivera: Genio, figura y silueta
Este libro explora los elementos más emblemáticos del estilo de Rivera, incluyendo sus murales públicos.
Artículos académicos:
- «La recuperación de un mural perdido: El hombre controlador del universo»
Publicado en la revista Artes de México, este artículo explica cómo Rivera recreó el mural original Man at the Crossroads después de su destrucción en el Rockefeller Center. - David Craven – «Diego Rivera y la política del muralismo en México y Estados Unidos»
Artículo en Art Journal que analiza la ideología de Rivera plasmada en murales como este. - Miriam Basilio – «Diego Rivera’s ‘Man at the Crossroads’: An Allegory of Workers’ Struggles»
Analiza las implicaciones políticas y culturales de El hombre controlador del universo.
Sitios web y catálogos en línea:
- Museo del Palacio de Bellas Artes (México)
Tiene material sobre los murales de Rivera, incluida información específica sobre este trabajo.
https://museopalaciodebellasartes.gob.mx - Diego Rivera Foundation
Ofrece un archivo digital de la obra de Rivera, incluidas imágenes de alta calidad y análisis del mural.
http://www.diegorivera.org - MoMA (Museum of Modern Art)
Aunque no conserva el mural original, el MoMA tiene información sobre su contexto histórico.
https://www.moma.org
Publicado originalmente en: