La aguja más alta de Gran Bretaña, en la Catedral de Salisbury, se sostiene en delicado equilibrio sobre unos pilares combados gracias a una ingeniosa estructura oculta en su interior, instalada siglos después de su construcción.
Vamos a echarle un vistazo
El 4 de marzo de 2018, Sergei Skripal, exmilitar ruso y doble agente para los servicios secretos británicos, fue envenenado junto a su hija, Yulia, con un agente nervioso en la ciudad inglesa de Salisbury.
Los dos agentes secretos rusos acusados del crimen alegaron haber ido a Salisbury desde Moscú para ver su catedral, “famosa no solo en Europa, sino en todo el mundo, por su aguja de 123 metros y por su reloj, el primero de su tipo creado en el mundo que sigue funcionando”.
La excusa de los rusos era absurda, pero a mí desde luego me hizo reflexionar: “Espero que nunca me acusen de ir envenenando rusos con agentes nerviosos en una ciudad con catedral, porque yo sí que voy a ciudades solo a ver sus catedrales”.
1. Construcción y contexto histórico
Yo iba a escribir un hilo sobre espías y agentes nerviosos, pero ya que me sacáis el tema de la Catedral de Salisbury, hay que decir que los espías rusos tenían razón: es un edificio extraordinario desde muchos puntos de vista.
En primer lugar, se empezó a construir en 1220 y se terminó solo 38 años después.
¡Menos de 40 años, una sola generación, para levantar semejante monumento es toda una marca!
Normalmente, las catedrales tardaban tanto en terminarse que suelen incorporar más de un estilo arquitectónico, pero la Catedral de Salisbury está construida uniformemente en el estilo gótico temprano inglés.
El edificio se levantó sobre una zona pantanosa, por lo que sus cimientos solo tienen 70 cm de profundidad. Una de las losas de su pavimento tiene un “minipozo” por el que se accede a las aguas subterráneas, a menos de 1 metro. Su nivel se mide 2 veces al día por seguridad.
Otra particularidad es que el templo es muy fotogénico, pues está en medio de un amplio prado sin otros edificios a su alrededor, por lo que puede contemplarse en su totalidad para hacerse una idea del tamaño de su tamaño (y sacarle fotos que quitan el hipo).
Lo más destacado de todas estas fotos es, obviamente, su chapitel de piedra, de 123 metros de altura.
Pero no estaba incluido en los planes originales del edificio: el diseño original de la catedral de Salisbury incluía una torre achaparrada sobre el crucero central, pero durante el siglo XIV se amplió esta torre y se añadió la famosa aguja. Sin embargo, la torre y el chapitel presentaban importantes problemas estructurales debido al peso de los elementos añadidos. Los autores señalan que los muros que sostenían la torre no eran sólidos, sino que estaban llenos de arcadas, ventanas y escaleras de caracol, lo que debilitaba la capacidad de la estructura para soportar la carga del chapitel y la torre.
Si abres la foto y te fijas, verás que sus muros tienen más decoración que el resto, más austero debido a la fase del primer gótico inglés durante la que se construyó.
Aunque no hay datos definitivos sobre la cronología de la construcción del chapitel, se cree que se terminó entre finales del siglo XIII y principios del XIV. El enorme peso de la aguja, más de 6.000 toneladas, hizo imprescindible reforzar la estructura para garantizar su estabilidad a largo plazo.
2. La obra metálica medieval
Para levantar este enorme cubo de piedra en el crucero de la catedral (el crucero es el cuadrado donde se cruzan las dos naves de una iglesia), tuvieron que reforzar los 4 pilares que habían sido diseñados para sostener una bóveda de piedra, mucho más ligera.
En general, no es una buena idea levantar una pesada estructura sobre columnas que no han sido concebidas para soportarla.
Pero es que además este tipo de torres planteaba una serie de problemas adicionales.
Levantar y equilibrar un enorme cubo de piedra de miles de toneladas sobre cuatro pilares suponía un gran reto a nivel estructural con la tecnología medieval.
Era necesario construir unas columnas monumentales (en rojo, en la imagen) para sostener el peso.
Por muy gruesos y resistentes que fueran, era muy fácil que las cargas verticales no se distribuyeran de forma uniforme entre los 4 pilares que sostenían la torre, por lo que uno o dos pilares solían ser sometidos a más carga de la debida.
A menudo, el resultado era una sobrecarga y un derrumbe catastrófico. La lista de fatalidades es muy larga 👇👇👇
En el siglo XIV, los pilares del crucero de la catedral de Wells empezaron a combarse bajo el enorme peso de la torre del crucero. Hubo que insertar arcos tensores, a veces descritos como arcos de tijera, para estabilizarlos.
Hubo que construir una enorme bóveda de madera para cubrir el área derrumbada.
Cuando se terminó su torre del crucero en 1311, la Catedral de Lincoln se convirtió en el edificio más alto del mundo con 160 metros de altura, superando a la Gran Pirámide de Giza tras casi 3000 años en el puesto.
En 1548 se vino abajo durante una tormenta.
Quizá te sorprenda saber que cimborrio actual que tiene la Catedral de Burgos no es el original, que se vino abajo en 1539, teniendo que ser sustituido por el actual.
Lo mismo sucedió en Sevilla: su cimborrio original se derrumbó el 28 de diciembre de 1511. La estructura que lo sustituyó volvió a venirse abajo el 1 de agosto de 1888 cuando uno de los pilares falló (en la foto).
La torre del crucero de la catedral de Chichester, en Inglaterra, se hundió en 1861 tras luchar durante años contra las grietas que aparecían continuamente en sus pilares.
La torre actual se reconstruyó en el siglo XIX.
Y así volvemos a la Catedral de Salisbury.
A menudo damos por supuesto que los artesanos medievales sólo disponían de piedra y madera para levantar sus grandes monumentos, pero lo cierto es que a menudo usaban metales para .
El refuerzo de la torre y el chapitel de Salisbury se realizó con herrajes incrustados en la sillería durante la construcción original. Se colocaron barras de hierro en los puntos críticos de la torre y el chapitel. El primer uso registrado del hierro en la construcción de la catedral incluía grapas que unían las piedras, sobre todo en los arcos escarzanos, para evitar movimientos laterales y reforzar la conexión entre la torre y el chapitel.
Estos refuerzos sirvieron para sostener la estructura durante varios siglos. Por ejemplo, se colocaron bandas de hierro en la parte superior de la torre y cerca de la base del chapitel, unidas a la sillería con ganchos y vainas de plomo.
Sin embargo, la corrosión causada por la exposición a la intemperie debilitó el hierro con el tiempo y pese al refuerzo de los pilares, empezaron a doblarse y a retorcerse lenta pero inexorablemente bajo las seis mil toneladas y media de la torre y la aguja.
¡No mires arriba!
3. La intervención de Sir Christopher Wren
En 1668, tras una violenta tormenta, el obispo de Salisbury ató cabos y llegó a la conclusión de que:
Aguja de 6500 toneladas sobre 4 pilares de piedra que nos fueron diseñados para sostener tanto peso + catedral edificada sobre un pantano = derrumbe inminente.
Así que decidió consultar a un experto, el matemático Christopher Wren, que más tarde se haría muy famoso por diseñar 54 iglesias de Londres, incluyendo la Catedral de San Pablo, tras el gran incendio que asoló Londres en 1666.
Aquí tienes todas las iglesias que diseñó en una curiosa infografía del siglo XIX:
En 1668, Wren inspeccionó la catedral de Salisbury e identificó importantes problemas estructurales, como la corrosión de los herrajes originales. Recomendó añadir nuevos refuerzos para evitar que la aguja abriera los muros de la torre y diseñó vendas de hierro para unir la aguja y los muros de la torre.
La contribución de Wren marcó el primero de muchos proyectos de refuerzo llevados a cabo en los siglos siguientes. Incorporó grandes vendas de hierro, ancladas a través de los muros de la torre y conectadas en puntos críticos de tensión para contrarrestar los efectos de la corrosión y el peso cambiante de la aguja. Wren también se mostraba escéptico ante el uso del hierro en este tipo de estructuras por su vulnerabilidad a la oxidación, pero reconoció su necesidad en este caso debido al diseño de la catedral.
En su informe, concluyó que la aguja se había desplazado 30 pulgadas (en rojo) desde su posición vertical ideal, y que seguiría haciéndolo hasta derrumbarse, ya fuera sobrecargando uno de los pilares o resquebrajando sus paredes al rotar lentamente.
El arquitecto se dio cuenta de que, más que los pilares, la parte que más estaba sufriendo de toda la estructura eran las paredes de los cuerpos inferiores de la torre, hechas con poco grosor y con piedra ligera para reducir el peso total de la torre sobre los pilares.
Wren no podía desmontar toda la estructura para construir unos pilares más adecuados. Tampoco había espacio en el exterior del edificio para colocar arbotantes que mantuvieran la torre en su sitio.
Iba a tener que trabajar desde su interior.
Allí observó que la sillería presentaba orificios y restos de una estructura de barras de hierro retirada en algún momento, por lo que dedujo que los maestros medievales sabían muy bien lo que hacían en Salisbury y cómo mantener en pie una estructura tan delicada.
Presumiblemente la torre había empezado a inclinarse desde ese momento.
Así que diseñó una compleja estructura metálica que sustituyera a la primera, con el fin de mantener unidas las paredes de la linterna sin que se separasen por el peso de la torre.
Este es el resultado a día de hoy.
Más de 3 siglos más tarde, las mediciones modernas han dictaminado que desde la instalación de la estructura metálica de Wren en la torre no se ha movido ni un centímetro, y ya no amenaza ruina.
4. Intervenciones posteriores
A principios del siglo XVIII, Francis Price, secretario de la fábrica, introdujo nuevos refuerzos en la torre y la aguja. Price añadió vendas de hierro en varios niveles de la aguja y una red más sólida de barras de hierro en la base de la linterna. Observó que los herrajes anteriores ya no eran eficaces debido a la corrosión, y trabajó con herreros para forjar nuevos refuerzos. El trabajo de Price, como el de Wren, fue esencial para mantener la estabilidad de la aguja y evitar su derrumbe.
En el siglo XIX se añadieron nuevos refuerzos a la aguja. Arquitectos como George Gilbert Scott introdujeron tirantes de acero y otros elementos de hierro para sostener la torre y la aguja. Sin embargo, estos esfuerzos no estuvieron exentos de polémica, ya que las intervenciones de Scott fueron consideradas visualmente intrusivas por algunos críticos.
En el siglo XX, la corrosión de los herrajes había causado importantes daños a la estructura, por lo que fueron necesarios métodos de restauración más avanzados. Desde la década de 1930 hasta la de 1960, se utilizaron barras de acero inoxidable para sustituir los refuerzos de hierro originales. Estos refuerzos modernos se diseñaron para ser más duraderos y resistentes a la corrosión, garantizando la estabilidad de la aguja a largo plazo.
En la década de 1960 se puso en marcha un amplio programa de restauración para hacer frente al deterioro de la torre y el chapitel. Esta restauración incluyó la sustitución de la red de hierro medieval de la parte superior de la torre por barras de acero inoxidable fijadas en resina epoxi y revestidas de hormigón. La restauración también incluyó la sustitución de las vendas del siglo XVIII instaladas por Price por materiales modernos.
5. Epílogo
La Catedral de Salisbury representa uno de los ejemplos más tempranos y sofisticados de refuerzo con hierro en la arquitectura europea. El uso del hierro en estructuras góticas como Salisbury fue esencial para alcanzar las alturas arquitectónicas y las innovaciones estéticas de la época, sobre todo en agujas y torres.
Las técnicas de refuerzo empleadas en Salisbury no eran aisladas, sino que formaban parte de una tradición más amplia de trabajo del hierro que abarcaba desde la época clásica hasta el periodo medieval. En concreto, el uso de bandas y grapas de hierro para unir las piedras era una práctica derivada de la ingeniería romana y bizantina anterior.
El uso continuado del hierro como refuerzo, a pesar de su susceptibilidad a la corrosión, fue crucial para evitar el derrumbe de la aguja de Salisbury, y que se adoptaron métodos similares en otras catedrales góticas.
La historia del chapitel de la Catedral de Salisbury nos recuerda que los monumentos que contemplamos nos han llegado gracias a los esfuerzos de conservación y las reparaciones efectuadas a lo largo del tiempo.
Un ejemplo de ello es la Catedral de Ely, en Inglaterra, a la que también dediqué un hilo hace tiempo.
O la Catedral de Winchester, salvada del derrumbe por un buzo. Aquí tienes la historia completa:
Si te interesa el tema de las estructuras medievales de hierro, también puedes echar un vistazo al hilo de gigantes de hiero que @itineratur publicó hace tiempo.
Muchas gracias por leer hasta aquí. Si te ha gustado y has aprendido algo nuevo, compártelo para que lo lea cuanta más gente mejor.
6. Bibliografía/para saber más
https://www.theguardian.com/uk-news/2018/sep/13/russian-television-channel-rt-says-it-is-to-air-interview-with-skripal-salisbury-attack-suspects
https://sci-hub.se/10.1080/00665983.1992.11078013
https://www.salisburycathedral.org.uk/discover/history/the-cathedral-through-the-years/
https://www.lifeofanarchitect.com/a-photo-tour-of-salisbury-cathedral/
http://www.rareoldprints.com/wiltshireprints?openform&town=Salisbury%20Cathedral
Publicado originalmente en:
Algunas imagenes tienen debajo un comentario erroneo, probablemente de la imagen anterior, de lo contrario no tiene nigun sentido.