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Sepulcro de don Pedro de Leucata en la Catedral de Sigüenza
En el mismo muro que el sepulcro de D. Alonso I, pero mucho más bajo, y frente al de Gómez Carrillo de Albornoz, está el de D. Pedro I, segundo obispo de Sigüenza, que en 1152 sucedió a su tío D. Bernardo, después de haber desempeñado primero el cargo de prior del Cabildo, que aquél le otorgó, con beneplácito del Papa Eugenio II.
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Sepulcro de don Eustaquio Nieto y Martín en la Catedral de Sigüenza
La estatua de alabastro corona la hornacina de piedra que alberga los restos de don Eustaquio Nieto, obispo de Sigüenza que fue asesinado en los albores de la Guerra Civil. La escultura está empotrada en la hornacina de un altar o sepultura ya existente en la capilla de la Anunciación. En los años 50, la diócesis de Sigüenza convocó un concurso público con el fin de labrar una estatua yacente para la tumba del obispo en la capilla de la Anunciación de la catedral.
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El sepulcro de D. Fernando de Arce y D.ª Catalina de Sosa
Estas esculturas son las que por su labor están más próximas a la de D. Martín Vázquez de Arce, la joya de esta capilla, aunque aquí el artista, que bien pudiera ser el mismo, parezca más tosco. Las proporciones, los plegados, la técnica de las manos, de los rostros, del cabello, de la cota de malla, de los leones que tienen la urna, y hasta del montón de laureles sobre que descansa su cabeza D. Femando, parece la misma.
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Sepulcro de D. Martín Vázquez de Sosa y D.ª Sancha Vázquez
En el ancho arco de entrada a la capilla de San Juan y Santa Catalina y en el grueso del muro, a uno y otro costado, se hallan dos hermosas estarnas yacentes, representando la de la derecha a D.ª Sancha Vázquez y la de la izquierda a su esposo D. Martín Vázquez de Sosa, abuelos de D. Femando de Arce, obispo de Canarias, que fue el que mandó labrar ambas esculturas. La primera se encuentra colocada en un nicho de 1,90 metros de alto, 2,10 de ancho y 0,55 de fondo, y la segunda, que en un principio debió estar en otro nicho semejante, se encuentra hoy adherida al muro por la espalda, tal vez porque al construirse la girola actual y estrecharse este muro se hiciese necesaria esta violenta disposición.
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Sepulcro del obispo don Alonso
Este sepulcro es sencillamente un hueco o excavación que se ha abierto en el muro del presbiterio, frente al del cardenal de San Eustaquio, pero mucho más alto, y en el cual se ha puesto una antigua estatua yacente que debía haber en el ábside primitivo antes de la reforma de esta parte del templo. Esta estatua, muy obscurecida por el transcurso del tiempo, y muy difícil de ver por la gran altura a que la han colocado, parece ser obra del siglo XIV, y bastante hermosa. Su primera colocación debió ser a poca altura, bajo un arco gótico