Los gremios medievales en las vidrieras de la Catedral de Chartres

    En vidrieras de la catedral de Chartres aparecen representados por primera vez en la historia del arte los currantes que financiaron su construcción.

    ¿Cómo fue posible?

    El 10 de junio de 1194 cayó un rayo en la techumbre de la Catedral de Chartres. Se desató un pavoroso incendio que destruyó todo el templo, excepto la fachada occidental y la cripta.

    Días más tarde, el cabildo encontraba intacta en la cripta la mayor reliquia de la catedral: el manto de la Virgen. Se interpretó como una señal divina en favor de una reconstrucción, que empezó de inmediato.

    Se decidió conservar la fachada de la anterior catedral románica y construir el resto usando el estilo gótico, el dominante en aquel entonces.

    La obra gruesa de la nueva catedral estuvo lista en apenas 20 años, toda una marca para un proyecto de estas características.

    Y es que la ciudad contaba con grandes ingresos por las ingentes masas de peregrinos que acudían a adorar la reliquia de la Virgen: el manto que había llevado durante la natividad en Belén.

    Sin embargo, la reliquia no podía depositarse en el nuevo templo ni podían celebrarse los oficios religiosos hasta que no se terminase el coro del templo, incluyendo los vitrales de las ventanas para proteger la reliquia de los fenómenos meteorológicos.

    No era su única función: las vidrieras ofrecían un medio vibrante y colorido para transmitir las historias de la sagradas escrituras, sobre todo a una población que no sabía leer ni escribir, ni entendía los sermones en latín de los sacerdotes.

    Eso sí: las vidrieras eran a menudo tan complejas que cualquiera que no estuviera familiarizado con el tema de las mismas podía perderse fácilmente en la historia. Sin embargo, con la orientación adecuada, los fieles entendían las historias que transmitían.

    El cabildo de Chartres tenía un problema para terminar el edificio: aquella campaña de construcción acelerada había dejado vacías las arcas de los canónigos y el obispo.

    La solución del capítulo catedralicio fue la habitual: solicitar donaciones a la familia real francesa, los Capetos, y a la nobleza local, a cambio de ser representados en los vitrales.

    Como curiosidad, el rey de Castilla y León Fernando III hizo una donación para una vidriera y en consecuencia aparece representado en ella. Es fácilmente identificable por el pendón que lleva con e símbolo del reino.

    Pero no fue suficiente, así que el obispo tuvo que recurrir a los gremios de la ciudad: corporaciones de trabajadores integradas por artesanos de un mismo oficio cuyo fin era defender sus intereses profesionales.

    A cambio, el obispo les ofrecía la posibilidad de hacerse representar en la parte inferior de las vidrieras, un privilegio que hasta ese momento quedaba reservado a los integrantes del clero y la nobleza.

    Así, en la catedral de Chartres, por primera vez en el arte medieval, el registro más bajo de algunas vidrieras representa a artesanos y comerciantes trabajando en lugar de donantes nobles y clérigos.

    Los vitrales no eran precisamente baratos: el coste de una ventana de 10 metros compuesta por cientos de piezas de vidrio coloreado dispuestas para formar entre 20 y 30 escenas de narraciones bíblicas era superior al de una casa de piedra de 3 pisos en el centro de la ciudad.

    La catedral de Chartres tiene más de 20 ventanas de este tipo, atestiguando la prosperidad expansiva de la que gozaban las clases comerciantes y artesanas en el siglo XIII.

    Gracias a este acuerdo entre el obispo y las corporaciones locales, los diferentes gremios se embarcaron en una competición no oficial para ver quién encargaba la vidriera más bonita y la colocaba en un sitio más prominente del templo.

    El tema principal de estas ventanas solía ser la vida del santo patrón del gremio o una narración bíblica relacionada con su oficio.

    Por lo general, los trabajadores figuran en la parte inferior de las vidrieras, en los paneles de los donantes: una mezcla entre lo sagrado y lo mundano de lo más notable en el arte medieval.

    Los oficios representados en las vidrieras gremiales son muy variados y atestiguan el rico mosaico de la sociedad urbana en la Edad Media.

    Tenemos panaderos.

    Herreros

    Carniceros

    Boticarios

    Comerciantes de vino

    Pescaderos

    Peleteros

    Zapateros

    Los ricos pañeros de Chartres se especializaban en un paño de lana a rayas verdes y rojas, que está representado en la firma del gremio de su ventana y en la ventana del coro, detrás del altar mayor, donde la Virgen aparece vestida con el mismo producto local.

    Alfareros

    Cambistas

    Agricultores

    Carreteros

    Cocineros

    Toneleros

    También aparecen los gremios directamente implicados en la construcción de la catedral, como los canteros.

    Los escultores

    O los carpinteros

    Incluso se ha sugerido que la ventana que representa la historia del Hijo Pródigo, que carece de imágenes gremiales explícitas, pero muestra escenas del hijo bebiendo en un burdel, fue una donación cívica y voluntaria del gremio local de prostitutas.

    Las vidrieras de la Catedral de Chartres han llegado hasta nosotros gracias a las arbitrariedades de la historia y a los esfuerzos de los habitantes de la ciudad por preservarlas.

    Por ejemplo, para protegerlas de los bombardeos alemanes que destruyeron las vidrieras de la catedral de Reims, los vitrales de la Catedral de Chartres fueron completamente desarmados durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

    Hoy, las vidrieras de la Catedral de Chartres nos recuerdan la capacidad humana de innovar y a la de albergar ilusiones y esperanzas por una causa. Cristales que cuentan historias santas, pero que también esconden otras más profanas.

    Vidrios decorados con un azul imposible (el azul de Chartres), un color nuevo en la paleta de los vidrieros difícil de conseguir y elaborar, pues usaba cobalto, un material tóxico para aquellos que lo manipulaban.

    Dan testimonio de una revolución que dejó atrás los templos oscuros románicos y abrió luz y color para una nueva época y una nueva fe. Esa es la historia que hoy nos cuentan los vitrales de Chartres.

    Muchas gracias por leer hasta aquí. Me ayudarías mucho retuiteando el primer mensaje del hilo (y dándole a me gusta). Sígueme para ser el primero/a en leer hilos sobre historia, arte y guerrazos. Feliz viernes.

    Este hilo se lo dedico a @AAlvarezOssorio, que me dio clase en 2006 en la asignatura de cultura y civilización de países de lengua alemana y al que di mucho por saco con mis absurdos conocimientos históricos sobre Alemania.


    Publicado originalmente en:

    ¿Te ha gustado?

    Tengo un newsletter y, si me das tu correo, te envío cada semana una obra maestra que nunca habías visto sin spam ni publicidad.


    O sígueme en redes:

    ¿Ganas de más batallitas?

    El hombre controlador del universo: un mural de Diego Rivera

    Un patrón en apuros: la huelga

    Doña Juana La Loca de Pradilla: la cumbre de la pintura histórica

    La campana de Huesca: una lección magistral de liderazgo

    Antes morir que consentir tiranos

    Hola, me llamo Gumpp… Forr… En realidad es Johannes Gumpp

    Batallita anterior
    Batallita siguiente

    Deja un comentario