Hola, me llamo Gump, Forr… en realidad es Johannes Gumpp. Soy un misterioso pintor del que nada se sabe aparte de este genial autorretrato triple.
👀 Fíjate en cómo te devuelvo la mirada desde el lienzo que estoy pintando pero no desde el espejo en el que me miro 👇 
La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar: a mí me tocó pintar una sola obra y esfumarme de la historia para siempre.
Eso sí: mi única obra es un fabuloso autorretrato triple dentro del que puedes verme tres veces con un intrigante juego de sombras, miradas, espejos y referencias cruzadas.
En el cuadro, aparezco una vez de espaldas, casi de cuerpo entero, mientras pinto, otra de frente, reflejado en el espejo octogonal, y una tercera, de nuevo de frente, en el lienzo en el que estoy pintando fielmente mi proprio rostro con el reflejo que el espejo me devuelve.
Pero mi obra no solo es original por su atípica composición: ha sido considerada como una de las primeras en los que entran en juego los problemas relativos a la relación del autor con el público.
Ya hemos visto antes cómo te miro desde el lienzo pero no desde el espejo, una forma sutil de transmitir la superioridad de la pintura sobre cualquier otro medio de reproducción de la realidad, incluido el aparentemente fiel reflejo del espejo.
Y quizá esto sea una paja mental de los historiadores del arte (o no), pero es posible que con este autorretrato triple yo quiera reflejar mis múltiples identidades (como hombre corriente, como artista y como individuo que intenta conocerse a sí mismo para crear mejor arte).
Los has mirado pero quizá no los hayas visto: a la izquierda y a la derecha del cuadro aparecen un gato y un perro respectivamente (resaltados en color).
Spoiler: son una de esas alegorías que tanto nos gustaban a los pintores del barroco.
A los 2 animales se les atribuye convencionalmente lealtad y autonomía, y en este caso la distinción se entiende entre la lealtad representada por el reflejo del espejo (debajo está el gato) y la autonomía de la representación artística (debajo está la cabeza del perro).
Fíjate en el papelito que cuelga del autorretrato que estoy pintando.
Es único registro escrito de mi paso por este valle de lágrimas, que dice: “Johannes Gumpp im 20 Jare 1646”, lo que en alemán viene a ser: Johannes Gumpp a los 20 años en 1646.
Gracias a esta firma, los investigadores están casi seguros de que nací en la ciudad austríaca de Innsbruck en 1626, ya que en la ciudad hubo una prolífica familia de artistas de nombre Gumpp entre los siglos XVI y XVIII.
Pero no lo saben al 100 %.
Pero mi única obra no solo es enigmática y rompedora, sino que está expuesta en un lugar no menos extraordinario y misterioso: en el Corredor Vasariano de Florencia.
Verás, hacia 1565 Cósimo I de Medici gobernaba la ciudad como duque de Florencia, pero no se sentía seguro en sus calles.
Ni él ni su familia eran muy populares tras abolir la República de Florencia en 1532 y haberla convertido en un ducado bajo su férreo control.
Cósimo quería moverse libremente entre su residencia personal, el Palacio Pitti y la sede del gobierno de la ciudad, el Palacio Vecchio, por lo que hizo construir un pasadizo elevado que conectaba los 2 edificios a través del Ponte Vecchio y la Galería de los Uffizi.
Justo en el tramo que va por encima de museo de arte, el pasadizo está decorado con una galería de retratos, donde podrás encontrar mi famoso autorretrato triple.
Bueno, en realidad hay otro vestigio de mi paso por el mundo: una copia en formato rectangular del mismo autorretrato, que se encuentra en una colección privada en Baviera.
👀 Curiosamente, en ella te observo desde el espejo en que me miro y desde el lienzo que estoy pintando.
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