Vamos a ver los secretos que esconde una de las obras clave del siglo XX y todo un emblema del muralismo mexicano y del arte latinoamericano
El hombre controlador del universo
Domina la industria…
De ellos dan fe las dos enormes lentes que representan dos de estos avances: el telescopio y el microscopio, proyectando dos haces de luz elípticos con los astros del cosmos y las células y bacterias respectivamente.
Además, la luz que emana de ellas parece conferir alas al operario de la máquina, dándole la apariencia de una libélula y atrayendo la atención del espectador hacia el centro del mural.
Debajo queda patente la pronunciada desigualdad entre las mujeres de case alta que beben despreocupadamente…
Más abajo, una audiencia parece asistir con gran interés a los prodigios astronómicos que ofrece la lente del telescopio.
Asimismo, en el lado comunista, la mujer tiene un papel activo y no se limita a beber y a jugar a las cartas.
El artista había osado mostrar la primera revolución obrera triunfante en disputa con el capitalismo, en uno de los “templos” más icónicos de la sociedad burguesa estadounidense.
Allí puede admirarse hoy día.
Encima de sus cabezas está la bacteria de la sífilis. ¿Casualidad? Yo no lo creo.
Publicado originalmente en: