El pájaro más peligroso del mundo tiene aspecto de dinosaurio primigenio y patrulla las selvas tropicales del norte de Australia y Papúa-Nueva Guinea.
Está en peligro de extinción (en Australia) y su desaparición pondría en peligro la selva en la que vive.
Vamos a ver por qué
Te presento al casuario, un animal totalmente eclipsado en la cultura popular por el resto de la fauna australiana (sobre todo los marsupiales y las arañas y serpientes venenosas).
Esta curiosa criatura puebla las selvas tropicales del norte de Australia, Papúa-Nueva Guinea y algunas islas de Indonesia. Pero es tan escurridiza que a menudo la única señal de que realmente existe es, literalmente, una señal de tráfico.
Es un ave que no tiene la capacidad de volar (como avestruces, emús y pingüinos). Su plumaje negro está formado por cálamos ásperos, algunos de ellos terminan en filamentos que a simple vista parecen cabellos.
Los colores brillantes de su cuello podrían tener un efecto de señalización en los densos bosques, y pueden cambiar con el estado de ánimo del animal.
Los casuarios se alimentan principalmente de fruta, que recogen del suelo o arrancan de las ramas inferiores de los árboles. También comen setas, insectos, ranas, serpientes y otros animales pequeños.
Son aves grandes, muy grandes. Es el mayor vertebrado autóctono de las selvas australianas, el segundo pájaro más pesado del mundo (después del avestruz africano) y el 3.º más alto del mundo, tras el avestruz (n.º 1) y el emú (n.º 2).
Los casuarios son una de las especies vivas más parecidas a los dinosaurios y uno de sus rasgos visuales clave que lo demuestra (además de los dedos nudosos) es la cresta de la cabeza.
Se conocen 3 especies: el Casuarius bennetti, o casuario enano, que vive en las tierras altas de Papúa-Nueva Guinea, con una cresta pequeña.
El Casuarius unappendiculatus, o casuario del norte, que vive en las tierras bajas de Nueva Guinea, con una cresta de tamaño medio.
Y el Casuarius casuarius, o casuario del sur, que vive sobre todo en las selvas tropicales del norte de Queensland. Se caracteriza por tener la cresta más grande de las 3 especies.
Se desconoce la finalidad de esa cresta y hay varias teorías al respecto. Algunos expertos creen que les sirve como antena para captar las vibraciones de otros casuarios de la zona, o como “casco” que protege la cabeza mientras se abren paso a golpes por la espesa selva.
Otros creen que simplemente sirve para marcar la posición dominante del animal e infundir miedo en cualquier posible adversario.
En Nueva Guinea, los pueblos papúes cazan el casuario para consumir su carne y usar sus plumas como adorno, aunque estos animales también desempeñaban un papel espiritual en estas comunidades, apareciendo en numerosos mitos y fábulas.
Cabe mencionar 2 ejemplos: el pueblo kalam cree que los casuarios son reencarnaciones de los ancestros femeninos, por lo que su caza está prohibida. Para los Ilahita Arapesh, la diosa tribal aparece en forma de casuario y forma parte de muchos ritos de fertilidad.
Pero, vamos a ver, ¿por qué se dice que esta simpática ave comefruta es “la más peligrosa del mundo”?
Pues porque forma parte de la fauna australiana y toda la fauna australiana intentará matarte de un modo u otro.
Fuera de bromas, cuando se ve amenazado, el casuario no se molestará en darte picotazos: su ataque principal consiste en una formidable patada voladora chucknorrisiana que te escamocha y te descoyunta al mismo tiempo.
Tiene unas garras más propias de las criaturas de Parque Jurásico que de un ave moderna, perfectamente capaces de seccionar las arterias del cuello o abrir en canal el vientre de un ser humano.
Y es que el dedo interior de las patas esconde una garra en forma de cuchilla afilada que llega a alcanzar los 10 cm de longitud.
Sin embargo, es un animal tímido que rehuye cualquier contacto con el ser humano y suele alejarse antes de que se detecte su presencia.
De hecho, solo hay registros de 2 incidentes mortales hasta la fecha.
El primero ocurrió en Australia, cuando Phillip McClean, de 16 años, murió en 1926 tras el ataque de uno de estos animales en Queensland.
En su defensa (la del casuario), hay que decir que McClean y su hermano intentaron matar al animal a palos. El casuario lo tiró al suelo y le dio una patada, desgarrándole la carótida. El joven consiguió huir, pero poco después murió por la pérdida de sangre.
Una segunda muerte se produjo en Florida el 12 de abril de 2019. El propietario del casuario en cautividad, de 75 años, intentó sacar un huevo de su recinto para venderlo. Mala idea: fue atacado por el animal y pocos días más tarde sucumbió a sus heridas en el hospital.
Más de uno aquí se estará preguntando cómo es posible que hasta ahora no conociera la existencia de estas magníficas bestias. Bueno, no es tu culpa. Como ya hemos mencionado, en cierto modo quedan eclipsados por otros animales más emblemáticos.
Además, la cría de estos animales en zoológicos es relativamente rara, ya que los casuarios viven en solitario y difícilmente conviven en armonía junto a otros animales (de su especie o de otras), debido a su comportamiento territorial y agresivo.
Para la cría, se suele intentar que las parejas se “aclimaten” entre sí en recintos vecinos. Y para los zoológicos, también resulta caro y complicado recrear en un recinto el entorno de espesa selva tropical que estos animales necesitan para sobrevivir.
Debido a su tamaño y a sus formidables armas de defensa, el casuario no tiene depredadores en su hábitat natural. Solamente los ejemplares más jóvenes son susceptibles de ser atacados por serpientes, lagartos y perros salvajes.
Pero entonces, ¿cómo es posible que este magnífico animal esté en peligro de extinción?
El casuario está en peligro de extinción por varios motivos. Como ya hemos visto, se alimenta principalmente de fruta y necesita selvas de gran tamaño en las que haya diversos frutales que les proporcionen alimento en las distintas épocas del año.
De hecho, en Australia cada vez es más común verlos, pues se ven obligados a salir a campo abierto en busca otro bosque tropical con frutales que estén madurando en ese momento.
Esto aumenta los atropellos, al tener que cruzar varias carreteras para pasar de una región a otra.
Otra causa importante de su declive es la introducción de especies foráneas por parte de los colonos europeos que empezaron a llegar a la zona en el siglo XIX.
Sobre todo los cerdos salvajes, que prosperan sin control en estos bosques, destruyen los nidos que los casuarios hacen en el suelo del bosque y se comen los huevos (el tercero más grande de todas las aves, con unos 584 g de peso).
Se estima que en Australia solamente quedan 1500 ejemplares en libertad. Su estado de conservación en Papúa Nueva-Guinea es una incógnita, ya que muchas de sus selvas es terreno inexplorado para los científicos.
Una mala noticia para los bosques tropicales del país, cuyos árboles frutales dependen de estas aves para diseminar las semillas de la fruta que constituye la mayor parte de su dieta (usa tu imaginación para figurarte cómo sucede).
Algunas semillas son tan grandes que los casuarios son los únicos animales capaces de tragarlas y dispersarlas por el bosque.
Se podría decir que son los mejores jardineros de la selva tropical.
Si alguna vez tienes la “suerte“ de encontrarte cara a cara con uno de estos animales, no te acerques ni intentes alimentarlo: podrías acabar malparado/a.
Para ver en acción a este animal, puedes ver en youtube un documental de @Frank_Cuesta sobre el casuario:
Créditos fotográficos
De Dezidor – Trabajo propio, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2588660
De Klaus Rassinger und Gerhard Cammerer, Museum Wiesbaden – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=37116773
By Drs – Own work, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=362763
Bibliografía/para saber más
https://www.iucnredlist.org/species/22678108/131902050
https://animaldiversity.org/accounts/Casuarius_casuarius/
https://christianziegler.photography/portfolio/cassowary-big-bird-in-trouble