El roble real de Carlos II

    🌲Un árbol real🌲

    Royal Oak es un nombre omnipresente en países como Reino Unido, Canadá o Australia. Numerosos bares, hoteles y productos de consumo llevan su nombre. Pero, ¿de dónde procede el nombre de este “roble del rey”?

    👇👇Veámoslo


    El listo que todo lo sabe ya estará tecleando con furia: El Royal Oak fue el acorazado británico que Günther Prien hundió en Scapa Flow el 14 de octubre de 1939. PUES NO, LISTO. Nadie le pone a su bar el nombre de un buque hundido de una forma tan humillante.

    Por cierto, para el que no lo sepa: al principio de la 2.ª Guerra Mundial, el comandante de un submarino alemán, Günther Prien, consiguió infiltrarse en la base de la marina de guerra británica en las Islas Orcadas.

    Esta base está en un puerto natural cuyos accesos estaban vigilados, minados o bloqueados para evitar ataques de submarinos. Prien encontró un pequeño canal expedito, se metió en la base con su submarino y hundió el acorazado Royal Oak. 833 tripulantes murieron.

    Prien salió por donde entró y se convirtió en un héroe nacional en Alemania. Este es el aspecto que presenta hoy en día el Kirk Sound, el canal por el que pasó el submarino sin ser visto. A ver quién tiene huevos a intentarlo otra vez.

    Otro “Royal Oak” famoso es el carísimo y exclusivo reloj de la manufactura suiza Audemars Piguet. A unos le parece horrible y a otros una obra maestra. Podéis pelearos con mucho gusto respondiendo a este tuit.

    Pero este tampoco el origen del Royal Oak. Para descubrirlo, tenemos que irnos a la Inglaterra del siglo XVII, más concretamente al reinado del Carlos I.

    Este rey subió al trono en 1625. Quería ser un monarca absoluto como los de Francia y España pero el Parlamento se interponía en muchos de sus designios. Al rey no le hacía ninguna gracia que el Parlamento le negase los fondos que le pedía, cosa que sucedía a menudo.

    Para resumirlo mucho, estuvieron más de 15 años de tira y afloja hasta que en 1641, el Parlamento insistió en que el rey tenía que hacer reformas religiosas y sustituir a sus ministros. Carlos se negó.

    En 1642, entró por la fuerza a la Cámara de los Comunes e intentó arrestar a 5 de sus miembros, que ya habían huido. Carlos comprendió que sus acciones podrían provocar una guerra. Se fue de Londres y ambos bandos empezaron a reunir sus ejércitos.

    De un lado estaban los partidarios del rey Carlos I , los realistas, y del otro, los partidarios del Parlamento, los parlamentaristas, dirigidos por Oliver Cromwell.

    Y así empezó un guerrazo que no merece la pena detallar porque estaríamos aquí hasta el día del Juicio Final. Basta decir que Cromwell, contra todo pronóstico, pues apenas tenía experiencia militar, resultó ser un gran comandante en el campo de batalla.

    Del bando realista no podía decirse lo mismo, ya que sus mandos eran por lo general aristócratas con poca o ninguna experiencia militar. Los realistas perdieron la guerra, Carlos I fue capturado, juzgado y decapitado en 1649.

    A continuación, el Parlamento declaró una república (Commonwealth o mancomunidad) y Cromwell gobernó el país como “lord protector”.

    A los ingleses se les llena la boca diciendo que ellos ya tuvieron una revolución y decapitaron a un rey más de 100 años antes que los franceses.

    Pero se les olvida decir que fue una (exitosa) revuelta nobiliaria contra el rey, como tantas otras a lo largo de la historia, y no una revolución (exitosa) del tercer estado contra la aristocracia, como sucedió en Francia en 1789.

    Pero volvamos al Royal Oak. El hijo de Carlos, también llamado Carlos, fue coronado rey de Escocia en 1651 (en la época, Inglaterra y Escocia eran dos estados diferentes gobernados por el mismo rey en una unión personal).

    Carlos Junior se apresuró a reunir un ejército para invadir Inglaterra y recuperar el trono inglés. Los dos ejércitos se encontraron en la ciudad de Worcester el 3 de septiembre de 1651.

    Los ingleses no solo superaban en número a los escoceses, sino que estaban mejor entrenados, mejor equipados, mejor abastecidos y consiguieron cortar la única vía de retirada que tenía el ejército escocés de Carlos Junior.

    Worcester era una posición con excelentes defensas naturales y estaba bien fortificada, por lo que Cromwell movió sus fuerzas con astucia. El lord protector lanzó su ataque principal desde el sur.

    Carlos intentó lanzar un contraataque desesperado en el centro de la formación parlamentarista, pero Cromwell movió sus reservas para reforzar el sector amenazado y los escoceses fueron rechazados.

    Los parlamentaristas irrumpieron en Worcester y la capturaron tras una feroz lucha casa por casa. El ejército realista dejó más de 2.000 muertos, y más de 6.000 prisioneros. La ciudad fue saqueada por las tropas vencedoras.

    ¿Pero y Carlos Junior? El joven monarca de 21 años tuvo que huir por su vida. Perseguido por las tropas enemigas, logró llegar al priorato de White Ladies, donde se refugió con la familia Giffard.

    Carlos necesitaba un disfraz para pasar desapercibido, ya que sus largos mechones le hacían reconocible al instante. Se rapó el pelo y cambió sus finas ropas por un atuendo de campesino. Los sirvientes de la casa ensuciaron la cara del joven monarca con hollín.

    En mitad de la noche partió con un guía para tratar de salir de la zona, plagada de tropas parlamentarias. El guía intentó enseñar a Carlos a caminar como un labrador, ya que sus majestuosos andares delataban su identidad.

    Con la zona tan vigilada por sus enemigos, Carlos y su guía decidieron dirigirse a otra casa propiedad de la familia Giffard, Boscobel House. Allí encontraron escondido al coronel Carlis, un oficial realista.

    Al amanecer, Charles y el coronel Carlis se fijaron en un enorme roble desmochado en los terrenos de la casa que ofrecía un escondite muy prometedor. Se subieron a sus ramas, obteniendo una vista panorámica de las tierras circundantes y quedando ocultos por el follaje.

    Con una cesta con pan, queso y cerveza, los fugitivos repusieron fuerzas y durmieron, ya que el árbol les proporcionaba un lugar de refugio sólido y seguro.

    En un momento dado, los soldados del ejército parlamentario que buscaban al rey en los terrenos de Boscobel House pasaron directamente por debajo del roble en el que Carlos estaba escondido, pero no miraron hacia arriba ni se dieron cuenta de que su presa estaba encima de ellos.

    Después de pasar todo el día en la seguridad del árbol, Carlos Junior y el coronel Carlis regresaron a Boscobel House, donde descansaron durante la noche escondidos bajo una trampilla antes de emprender la huida a través del país.

    Carlos Junior logró cruzar el Canal de la Mancha y esperó pacientemente en Francia la muerte o el derrocamiento de Cromwell. En 1660, con Cromwell finalmente muerto, Carlos pudo navegar de vuelta a Gran Bretaña y reclamar el trono, restaurando la monarquía británica.

    Así, el refugio de Carlos y su compañero, el coronel Carlis, se convirtió en el famoso Royal Oak: la emocionante historia de la audaz huida del rey cautivó la imaginación del público.

    Se creó la tradición del día del roble-manzana, por la que el 29 de mayo (cumpleaños de Carlos) se celebraba cada año desde 1660 la restauración de la monarquía.

    Se concedió un día de fiesta nacional y la gente llevaba ramitas de hojas de roble prendidas en la solapa para demostrar su lealtad y apoyo a su monarca y para reconocer el papel desempeñado por el roble en la huida y supervivencia de Carlos.

    El propio roble de Boscobel se convirtió en un lugar de peregrinación y, lamentablemente, los cazadores de recuerdos no tardaron en cortar ramas y arrancar partes de la corteza.

    En 1680 el árbol estaba tan dañado que se construyó un muro alrededor de su tronco para protegerlo, pero el esfuerzo fue en vano y en 1712 se informó de que el árbol estaba en grave peligro.

    Se conservan algunos vestigios del árbol original, como una serie de objetos fabricados a partir de la madera cortada del Royal Oak.

    Hoy en día, los visitantes pueden ver el Royal Oak en Boscobel, pero no se trata del árbol original, que lamentablemente fue víctima de cazadores de recuerdos demasiado entusiastas en el siglo XVII.

    En cambio, el árbol de 200-300 años que hoy ocupa su lugar se conoce como Hijo del Roble Real, ya que fue plantado a partir de una bellota del árbol original.

    En el año 2000, el Hijo del Roble Real sufrió graves daños durante una tormenta, perdiendo muchas de sus grandes ramas, y en 2010 se observaron enormes grietas en su tronco y el árbol fue vallado para la seguridad de los visitantes.

    La importancia y la supervivencia del árbol han sido garantizadas por la plantación de muchos árboles jóvenes crecidos a partir de sus bellotas.

    Y nada, esa es la razón por lo que tantos bares (más de 500 solo en Reino Unido) y navíos militares de rancio abolengo (ocho han llevado el nombre del Royal Oak hasta la fecha).

    La próxima vez que te estés tomando una pinta caliente y absurdamente cara en un pub con ese nombre, piensa en el roble donde Carlos II tuvo que esconderse para no perder la cabeza.

    Muchísimas gracias por leer hasta aquí. Si os ha gustado, hacedme el favor de retuitear el tuit original del hilo para darle más difusión, ya que mi única ambición es que esta historia llegue a cuanta más gente mejor. Os lo agradezco de verdad.


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