La revolución filarmónica de Scharoun

    Las salas de conciertos eran cuadradas hasta que a un arquitecto alemán se le ocurrió este diseño con forma de Millennium Falcon, cambiando para siempre la relación entre la arquitectura y la música clásica.

    Vamos a ver por qué

    Uno de los grandes retos que supuso la división de Berlín en 2 bloques a partir de 1945 fue la falta de infraestructuras.

    O estaban en ruinas o habían quedado en el otro sector y no podían ser usadas con normalidad por la población del otro lado.

    El ámbito de la música clásica no fue una excepción: las autoridades de Berlín Oeste pronto constataron que la mejor orquesta del mundo (la Filarmónica de Berlín, con permiso de la de Viena) no tenía un lugar digno donde tocar (tenía que hacerlo en un cine).

    El lugar donde solían celebrarse los conciertos había quedado en ruinas en 1943 y todas las demás salas con un aforo adecuado (la Ópera en Unter den Linden, la Ópera Cómica y el Admiralpalast) habían quedado en el sector comunista (y también estaban en ruinas).

    Tras desechar la reconstrucción de la antigua sala de la filarmónica (era una antigua pista de patinaje reconvertida), en 1956 se convocó un concurso de arquitectura para construir un nuevo edificio, en el que participaron 14 arquitectos.

    El concurso lo ganó este hombre, el arquitecto alemán Hans Scharoun.

    Su diseño era revolucionario y estaba a punto de cambiar la forma en que se construían los auditorios de música en todo el mundo.

    Seguramente hayas estado alguna vez en un teatro u ópera.

    Básicamente, todos tienen la misma forma: un escenario en uno de los extremos de la sala, frente al que se abre un patio de butacas, en torno al cual se levantan palcos o filas de asientos adicionales.

    Antes de la Segunda Guerra Mundial, la salas sinfónicas también se construían con este diseño: un escenario elevado sobre el que se sitúa la orquesta al fondo de la sala y un patio de butacas delante y palcos o terrazas de asientos alrededor para el público.

    Sin duda, la más famosa del mundo es la que sale por televisión todos los años cada 1 de enero: la Musikverein, donde la Filarmónica de Viena da la bienvenida al nuevo año a ritmo de valses y polkas de los Strauss.

    Scharoun consideraba que este diseño había quedado desfasado.

    Por un lado, la posición de la orquesta sobre un escenario elevado (por motivos de acústica) dificulta la visión desde las mejores (y más caras) localidades, las del patio de butacas.

    Por otro, aquellos que se sientan en los laterales ven el escenario de refilón o desde muy lejos (más de 30 metros) desde los asientos del fondo de la sala.

    El concepto de Scharoun para la nueva Filarmónica de Berlín era una de esas ideas simples y geniales ante las que uno piensa: “¿cómo no se nos había ocurrido antes?”

    La idea era poner la música en el centro de todo, tanto conceptual como físicamente.

    La sala de Scharoun tiene la forma de un pentágono irregular. El escenario para la orquesta se sitúa en el centro, rodeado de asientos por todos lados, cuya altura va aumentando irregularmente a medida que se van alejando del escenario.

    La llamada disposición de asientos tipo viñedo (con terrazas que se elevan alrededor de una plataforma orquestal central) permite que todos los espectadores estén mirando de frente a la orquesta, y que ninguno de ellos esté a más de 25 metros del escenario.

    Scharoun quería democratizar el disfrute de la música clásica, para que los espectadores de las localidades más caras y más baratas pudieran disfrutar de las mismas vistas de la orquesta y la misma calidad sonora.

    La filosofía del arquitecto para este proyecto fue simple y directa y en línea con sus principios de diseño: quería crear una relación entre las personas, el espacio y la música a través del diseño.

    Desde el centro, la música sería amplificada y filtrada por todo el auditorio.

    Pese al gran tamaño de la sala, el objetivo era crear una atmósfera íntima entre la orquesta y los espectadores.

    Por ello, la Filarmónica de Berlín es un gran ejemplo de arquitectura orgánica.

    La forma construida establece un equilibrio y una armonía con la música que contiene.

    Es un ejemplo de un enfoque modernista del diseño que impulsa cambios culturales y sociales, creando así un cambio en la forma de percibir la música (clásica).

    Sobre el papel, el novedoso concepto de Scharoun era muy bonito, pero había un problema: la acústica, el aspecto más importante de cualquier sala de conciertos.
    Nadie sabía muy bien cómo iba a comportarse el sonido en una sala de estas características.

    📷 María Teresa Solbes

    Y es que antes de la Philharmonie de Scharoun, las salas de conciertos no se construían de forma rectangular (con forma de caja de zapatos) por casualidad.

    Según los expertos en el tema, los 5 auditorios con la mejor acústica del mundo son los siguientes:

    🇩🇪 El Konzerthaus en Berlín

    🇦🇹 La Musikverein en Viena

    🇳🇱 El Concertgebouw en Ámsterdam

    🇺🇸 El Symphony Hall en Boston

    🇦🇷 El Teatro Colón en Buenos Aires

    No es casualidad que cuatro de los cinco tengan una cosa en común: el diseño de la sala en forma de caja de zapatos (y el Teatro Colón tiene la forma de herradura, característica de las óperas europeas del siglo XIX y con las mismas propiedades que una sala rectangular).

    El consenso general entre los expertos en acústica es que las numerosas y potentes reflexiones laterales tempranas, el techo alto y la brillante reverberación envolvente son los factores que proporcionan una acústica excelente a este tipo de auditorios.

    La clave de la excelente experiencia acústica de las salas con forma de caja de zapatos reside en gran medida en la estrechez de la sala.

    El sonido que se refleja en las paredes laterales puede proporcionar una experiencia sonora extraordinaria en estas salas de forma cuboide.

    Este diseño favorece la acústica potenciando (1) el envolvimiento del espectador, (la sensación de estar rodeado de sonido); (2) el carácter reverberante, (tiempo de reverberación); (3) la difusión (un factor importante que contribuye al envolvimiento);

    (4) la intensidad del sonido, (la potencia medida del sonido procedente de la plataforma de la orquesta en varios asientos); (5) la claridad, (intensidad del sonido inicial junto con las primeras reflexiones); y (6) la calidez, (la intensidad de los graves).

    La ausencia de cualquiera de estas características contrarresta los demás factores positivos.

    El diseño de Scharoun venía a dinamitar este delicado equilibrio, y los expertos en acústica a los que consultó trataron (en vano) de convencer al arquitecto de que renunciase a su diseño con la orquesta en el centro de la sala.

    Le explicaron que aquella idea tan simple y genial no se le había ocurrido a nadie antes porque era insatisfactoria desde el punto de vista acústico.

    Mi perra me está mirando con cara de “o me sacas a la calle ahora mismo o te voy a dejar un regalito en la alfombra”. Ahora vuelvo para seguir con la historia.

    Pulsa en “Pulsar respuestas” para leer el resto del hilo.

    Una sala con terrazas “de viñedos” podía ser muy democrática, orgánica, albergar a más público y todo lo que tú quieras, pero iba a tener mucho más volumen que una sala rectangular tradicional, lo que iba a tener un impacto negativo en la propagación del sonido.

    or lo tanto, el sonido no iba a reverberar y envolver a todos los espectadores adecuadamente, conforme a cómo él había vendido su diseño, pues iba a ir debilitándose progresivamente a medida que alcanzase el techo y el fondo de la sala.

    Pero la decisión ya estaba tomada, tanto por parte del arquitecto como del gobierno de Berlín Oeste.

    Incluso el director de la Filarmónica, Karajan, que estaba encantado con el diseño, amenazó con abandonar Berlín si el auditorio no se construía.

    El marrón de dotar de una buena acústica al extraño diseño de Scharoun le cayó a este hombre, Lothar Cremer (a la derecha, junto a Scharoun), director del Instituto de Acústica Técnica de la Universidad Técnica de Berlín.

    Para enfrentarse a la tarea de probar la acústica en un tipo de auditorio que aún no existía, tuvo que construir una réplica a escala 1:9 del diseño de Scharoun para hacer las pruebas pertinentes.

    Con el modelo a escala, Cremer constató que los problemas asociados al nuevo diseño (la falta de claridad, envolvimiento y reverberación en algunas localidades) podían resolverse con relativa facilidad.

    Primero había que restringir la longitud y la anchura de la sala, optimizando la forma de las paredes laterales para dirigir los reflejos sonoros hacia el público.

    Esto ayudaría a dar una sensación de envoltura y a mejorar la calidad acústica percibida de la sala.

    Para maximizar el rendimiento sonoro de la orquesta, instaló paneles reflectantes suspendidos sobre el escenario (“nubes”) que ayudaban a proyectar el sonido temprano hacia las zonas del público situadas a los lados y al fondo del escenario.

    📷 María Teresa Solbes

    Además, el techo en forma de tienda, formado por tres arcos convexos, hace que el sonido se propague uniformemente por toda la sala.

    📷 María Teresa Solbes

    Estas medidas contribuyeron de forma decisiva a proporcionar un sonido aproximadamente uniforme de la música tanto en el centro (no geométrico de la sala) como en las terrazas ocupadas por el público.

    El proyecto de Scharoun (y Cremer) fue todo un éxito desde el punto de vista musical y arquitectónico.

    Pese a que los auditorios rectangulares seguían teniendo una acústica mejor (si bien esto solo era perceptible para expertos y sofisticados aparatos electrónicos), los promotores se decidieron por este diseño orgánico que acercaba la música y sus intérpretes al público.

    En consecuencia, fue copiado con entusiasmo en prácticamente todas las grandes salas de conciertos construidas por todo el mundo desde entonces.

    Como la ópera de Sídney (¿habías visto alguna vez una foto del interior de la ópera de Sídney?).

    O el Suntory Hall in Tokio.

    O el Disney Hall en Los Ángeles.

    O la Filarmónica de París.

    O el Auditorio Nacional de Madrid.

    O, al otro lado del Telón de acero, la Gewandhaus, en Leipzig.

    Fíjate cómo era la sala destruida en la Segunda Guerra Mundial (caja de zapatos, izquierda) y como la reconstruyeron (usando el modelo de Scharoun, con el escenario en el centro, derecha).

    O, la más reciente, la Filarmónica del Elba en Hamburgo.

    Ojo, los auditorios con forma de caja de zapatos se siguen construyendo hoy en día, pero están en minoría respecto a los que tienen terrazas alrededor del escenario.

    Como la Sala São Paulo en Brasil.

    O la Ozawa Hall en Lenox, Massachusetts (EE. UU.)

    En este hilo has aprendido:

    ▶️ Cuáles son los auditorios con la mejor acústica del mundo y por qué.

    ▶️ Quién construyó la nueva Filarmónica de Berlín y por qué fue tan revolucionaria.

    ▶️ A qué problemas se enfrentaron sus responsables y cómo los superaron.

    ¡Retuitea el primer tuit del hilo para que más gente pueda aprenderlo también!

    Muchas gracias por leer hasta aquí. También puedes seguirme para más batallitas sobre los temas más diversos. Feliz día y…

    …también puedes echar un vistazo a los hilos que llevo publicados hasta el momento para ver si alguno te llama la atención.

    Bibliografía/para saber más

    https://www.burohappold.com/articles/sculpting-sound-through-form/#
    https://www.berliner-philharmoniker.de/philharmonie/akustik/
    https://www.architectural-review.com/archive/berlin-philharmonie-by-hans-scharoun
    https://www.metalocus.es/en/news/berliner-philharmonie-history-and-new-concept

    https://www.re-thinkingthefuture.com/case-studies/a4331-berlin-philharmonic-by-hans-scharoun-built-to-replace-the-old-philharmonie

    María Teresa Solbes Francisco. La acústica de la Firlamónica de Berlín: ¿mito o realidad? https://riunet.upv.es/bitstream/handle/10251/110566/Solbes%20-%20FIS-F0041%20La%20ac%C3%BAstica%20de%20la%20filarm%C3%B3nica%20de%20Berlin%2C%20mito%20o%20realidad%3F.pdf?sequence=1&isAllowed=y

    T Lokki et al. The secret of the Musikverein and other shoebox concert halls.

    https://users.aalto.fi/~ktlokki/Publs/p25_2015.pdf

    Long, Marshall, “What is So Special About Shoebox Halls? Envelopment, Envelopment, Envelopment”

    https://web.archive.org/web/20120204134309/http://www.mlacoustics.com/PDF/Shoebox.pdf

    Publicado originalmente en:

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