Los renos de la Isla de San Mateo

    Los renos de la Isla de San Mateo

    En 1944, el ejército de EE.UU. soltó y abandonó 29 renos en una remota isla de Alaska. En 1960, eran más de 6000 renos. Y en pocos meses el 99 % murió y sólo quedaban 40 ejemplares.

    ¿Qué había pasado y qué podemos aprender de ello? 👇

    En 1944, la Guardia Costera de Estados Unidos instaló una estación de radionavegación en San Mateo, una remota isla deshabitada a 300 km de la costa de Alaska.

    Permitía a los pilotos de sus barcos y aviones orientarse mejor en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial.

    La estación necesitaba una dotación de 19 hombres, que debían permanecer en la isla mientras durase la guerra para garantizar el funcionamiento de todos los sistemas.

    Como medida preventiva, la Guardia Costera también soltó en la isla 29 renos salvajes. Al ser una ubicación tan remota, la idea era que la dotación de la estación los cazase para alimentarse en caso de que las líneas de suministro quedasen interrumpidas y se quedaran sin comida.

    Pero la comida nunca escaseó en la isla y los 19 hombres fueron evacuados un año después, cuando terminó la guerra y aquella estación dejó de ser necesaria.

    Los 29 renos se quedaron a sus anchas en la isla.

    Acababan de heredar un paraíso: sus únicos depredadores potenciales (los 19 soldados) habían desaparecido y la isla estaba literalmente cubierta por inmensas cantidades de su comida favorita: alfombras de líquenes de 10 cm de espesor.

    San Mateo reunía todos los ingredientes clásicos de una explosión demográfica: un grupo de grandes herbívoros sanos con un suministro aparentemente limitado de alimento y ninguna criatura por encima de ellos en la cadena alimentaria.

    Sin nadie que los molestara, los renos empezaron a comer y a reproducirse.

    12 años después, en 1957, el biólogo Dave Klein desembarcó en la isla y se encontró con que los 29 renos originales se habían convertido en más 1300, la mayoría bien alimentados y en excelente forma. También observó que habían devorado amplias zonas de líquenes.

    Tras esta primera visita, Klein no tuvo ocasión de volver a San Mateo hasta 6 años más tarde, durante el verano de 1963, cuando un barco de la Guardia Costera lo dejó a él y a otros tres científicos en la isla.

    Se le encontraron literalmente cubierta de renos.

    Contaron más de 6000, con una increíble densidad de 47 ejemplares por kilómetro cuadrado.

    Klein observó que el tamaño de los animales había disminuido, al igual que la proporción de renos jóvenes respecto a los adultos. También empezaban a escasear los líquenes en la isla.

    Su apretada agenda y la dificultad de acceder a la Isla de San Mateo mantuvieron a Klein lejos del lugar hasta 1966, cuando la Guardia Costera volvió a llevarlo al lugar para su 3.ª visita junto a otro biólogo.

    Se encontraron un panorama desolador.

    La isla estaba literalmente cubierta de esqueletos. Solo contó 42 renos vivos, ningún cervatillo, 41 hembras y un macho con una cornamenta anormal que probablemente no era capaz de reproducirse.

    En pocos meses, la población de renos había descendido en más de un 99 %.

    El biólogo calculó que miles de renos habían muerto de hambre durante el invierno posterior a su última visita tras haber agotado las reservas de líquenes de la isla.

    Sin población reproductora, los renos de la isla de San Mateo se extinguieron en la década de 1980.

    Aquel experimento involuntario sobre dinámica de poblaciones y ecología de las áreas de distribución terminó como había empezado:

    con gélidos vientos azotando una isla en la que los zorros árticos volvían a ser los mamíferos más grandes que deambulan por la tundra.

    Algunos estudios sugieren que el invierno extraordinariamente duro de 1963 a 1964, con temperaturas de 34 º bajo cero y más de 3 metros de nieve impidieron a los animales acceder a los ya de por sí escasos líquenes de la isla.

    En cualquier caso, podríamos interpretar la historia de la Isla de San Mateo en clave de metáfora de los tiempos que vivimos.

    La Isla de San Mateo fue literalmente una tierra de abundancia para muchas generaciones de renos.

    Su población se disparó rápidamente hasta llegar a más de 6000 renos para desaparecer súbitamente tras haber destruido el medio ambiente que los sustentaba y agotado su principal fuente de energía: los líquenes.

    Las materias primas abundantes y baratas, particularmente las fuentes de energía como los combustibles fósiles (nuestros “líquenes”), han sostenido la explosión demográfica mundial y el crecimiento paralelo de la producción industrial y el consumo durante los últimos 200 años.

    No sabemos cuándo, (y muchas previsiones han fracasado miserablemente), pero tenemos la certeza de que muchos de estos recursos se agotarán tarde o temprano.

    La cuestión es: ¿cómo de grande es tu isla?

    Ahora llega vuestro turno: ¿qué opináis sobre las predicciones del agotamiento de los recursos y el encarecimiento de la energía y algunas materias primas (en los últimos 3 años)?

    ¿Estamos entrando en una era de creciente escasez de energía y recursos de alta calidad o no?

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    Publicado originalmente en:

    Bibliografía
    https://www.stuartmcmillen.com/comic/st-matthew-island/#page-1
    https://www.adn.com/features/article/what-wiped-out-st-matthew-islands-reindeer/2010/01/17/
    https://www.resilience.org/stories/2003-11-22/st-matthew-island-overshoot-collapse/

    https://web.archive.org/web/20110709032911/http://dieoff.org/page80.htm

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